sábado, 18 de abril de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 32


 Jelsa una historia de amor verdadero.

Capítulo 32 "Reunión".



-¿Mérida, estás segura que es por aquí?

Las chicas habían caminado casi toda la tarde. La noche les  pisaba los talones, levantando hojas del suelo en pequeños remolinos con una fresca ventisca. Unas molestas sensaciones se sintieron en el estómago de Rapunzel.

-Claro, tú dijiste que Arendelle estaba en esta dirección. –respondió convencida.

-Oh, cierto. –fingió haberlo olvidado.

-Espera – frenaron - , ¿no hemos pasado ese árbol como tres veces?

-Todos los árboles son iguales.

-¡No, hemos caminado en círculos!

-Mhmm, yo creo que nunca he visto ese árbol. – dijo tratando de ocultar los nervios, sin mucho éxito.

-Rapunzel, estamos yendo en la dirección incorrecta, ¿no es así?

-Bueno… Tal vez un poco… ¡Es que en verdad quería ir contigo pero no tengo idea de dónde queda el Reino! – trató de disculparse.

-¡Ughh, estamos perdidas!

-De todos modos, tu tampoco sabías dónde quedaba, por lo que estaríamos igual de perdidas. ¿Tengo razón o no? – salvó la situación la joven.

Mérida suspiró pesadamente.

-Sí, de acuerdo tienes razón. Pero al menos yo sabía que si caminaba derecho llegaría tarde o temprano ¡Y ahora nos hemos alejado mucho del camino!

Sacó una flecha y golpeó repetidamente su afilada punta contra un tronco, descargando así su furia. Mientras, Rapunzel trataba de calmarla con el mejor humor posible.

-Oye, no te preocupes. Podremos pedir indicaciones. Tenemos tiempo, ¿recuerdas? – dijo con su armoniosa voz.

-¿A quién? Nadie circula por los bosques. Solo nosotras somos las únicas taradas. – la chica seguía desconcertada.

-¡No! Anímate. Seguro alguien pasará.

-No, Rapunzel, deja. – dijo ahora en tono un poco menos asesino. Era inútil discutir. Ya estaban perdidas y desviadas. – Comienza a anochecer, será mejor buscar un lugar para dormir.

-Concuerdo.

Continuaron su rumbo que no llevaba a un lugar en particular. No a Arendelle, por lo menos. Encontraron un calmo  prado sumido en las sombras con  altos árboles  a su alrededor, perfecto para improvisar un campamento. Fueron en busca de leña y trabajaron en equipo para armar un precario fuego.
Rapunzel sacó comida que llevaba en su bolsa y le compartió a su compañera. Su ira había cesado, por suerte. Ahora solo estaban preocupadas por sobrevivir la noche a la intemperie.

Cuando estaban por acostarse a dormir mientras la otra tomaba guardia, se oyeron hierbas crujir. Muchos pasos acercándose a ellas. Pensaron que era un grupo de lobos tal vez y tomaron postura defensiva, sartén y arco en mano.

Las pisadas, escondidas en las oscuridades de los árboles, frenaron. Luego se oyeron susurros.

-¡Salgan de allí! ¡Sabemos dónde están! ¡Si son bandidos, les aconsejaría que siguieran su camino porque podría atravesarlos con flechas en cuanto pongan un pie fuera de su escondite! – amenazó la valiente muchacha pelirroja.

Rapunzel acotó temblorosa. De esto es lo que le había hablado su madre toda su vida. Los peligros del exterior.



-¡Sí, hagan lo que dice ella!

Un joven  de vestiduras extrañas y cabello y tez extremadamente blanco salió torpemente de los árboles, alguien lo había empujado a salir a su vista. En verdad era muy pálido el extraño, pensó Mérida, como si fuese una pintura que jamás hubiese sido tocado por color.

Pero Rapunzel sí lo reconoció.

-¿Jack? – preguntó impresionada. El otro también lo estaba.

-¿Rapunzel?

-¿Qué haces aquí?  - apuntaron ambos al mismo tiempo. No se lo esperaban encontrarse en medio de la nada por la noche.

Otro joven salió detrás de Jack, este era de cabello moreno y ojos verdes igual de perdidos que los de Mérida.

Ella no entendía un comino de la escena.

-¿Espera lo conoces? – le preguntó a Rapunzel. Pero  en el preciso momento, el nuevo chico preguntó lo mismo, haciendo que sus voces parecieran una.

Los otros dos respondieron con un asentimiento y continuaron con su emocionante charla entre ellos.

-No lo puedo creer – decía él, casi gritando y batiendo sus manos y bastón con aire de felicidad – por fin has salido de tu torre. Te felicito.

-¡Lo sé! – sonreía Rapunzel a su vez – Digo… Lo sé. Ahora estoy viajando con mi amiga Mérida. Vamos hacia Arendelle. ¿Y tú?

-Huyo de Arendelle, técnicamente.

-Oh, no. ¿Por qué?

-Larga historia.

Mérida despegó los ojos de ellos que proseguían con su parloteo de conocidos y los posó sobre el otro. El aludido caminó a paso rengo hacia ella, extendiendo la mano.

-Hola, soy Hiccup.

La muchacha no había notado que le faltaba uno de los pies. Y tampoco sus vestiduras. Y tampoco su dragón que apareció a su lado. Tampoco su acento norteño. Ni su aroma particular. Solo podía ser una cosa. Vikingo.

Gritó y vociferó maldiciones. La palabra Vikingo era veneno para ella y su clan, para su cultura y creencia. Los enemigos naturales. Apuntó al joven con dos flechas a la vez.

-¡Vikingo! ¡VETE DE AQUÍ EN ESTE INSTANTE O YO-! – fue interrumpida por el rugido del dragón negro como la noche. Ella no lo dudó y soltó las flechas que volaron directo a la cabeza de la bestia y a otra  a la del vikingo, técnica perfecta; su padre la hubiese felicitado. Pero fueron obstruidas por un rayo blanco y las flechas cayeron al verde pasto cubiertas de algo cristalino. Escarcha, le pareció.

-¡Qué rayos, Mérida! ¿Cómo le vas a disparar? – Rapunzel sonaba casi decepcionada. Había ocultado al completo su terror de que diese en el blanco de no haber sido por Jack.

-¡Es un Vikingo! – chilló la pelirroja.

-¡Claro que soy un vikingo!

-¡Claro que es un Vikingo, por el amor del cielo! – acotó sarcásticamente Jack.

Esta vez se dirigió a Hiccup.

-¿Has venido a matarme no es así? –rugió Mérida.

-¡Qué! ¿ESTÁS LOCA MUJER?

-Claro que no, apestoso Vikingo. Hablo enserio.

-Yo igual. ¡No he venido a hacer nada!

-Tiene razón, chica… pelirroja. – Jack desconocía su nombre – Estamos perdidos, y vimos fuego por eso estamos aquí. Es todo. Ahora baja eso…

Mérida estiró su arco nuevamente, confundida y sin saber a quién apuntar, ¿decían la verdad?

-Mer, puedes confiar en ellos. Te lo prometo.  – Rapunzel dijo dulcemente al acercarse a ella y apoyar una mano sobre la suya. Mérida bajó  su tensa postura y colocó las flechas y el arco de nuevo en su lugar.

-De acuerdo. – cedió – Posiblemente pueda confiar en el anciano. Pero no en el roñoso Vikingo.

-¡Oye! – se quejó Jack.

Hiccup rodó los ojos. A ningún vikingo le agradaba ser llamado así. Aunque verdaderamente era cierto.

-Escocesa debía ser.

-¿TIENES ALGÚN PROBLEMA?

-¡De hecho, muchos! – contraatacó. Ni siquiera se conocían y ya se podría decir que se odiaban.

-¡Chicos! – el Guardián puso cartas en el asunto - ¡Basta de peleas, de acuerdo! O la próxima congelaré la nariz del próximo que grite.

-Oye viejo, no me dijiste que sabías hacer eso… - Hiccup reflexionó el momento previo.

-Lo siento, viejo. Hay mucho que no te he dicho.

El otro bufó.

-Como sea. – prosiguió Jack – Vinimos con mi amigo Hiccup y su lagarto Chimuelo a pedirles a ustedes, señoritas, si nos dejan acompañarlas por esta noche. La verdad que no nos vendría mal dormir en un lugar como este. Estamos igual de amparados como ustedes. Tal vez si juntamos fuerzas nos irá mejor.

-Sí, ya oyeron el refrán. Un cardumen de peces hace mejor almuerzo para una ballena que… ¿un solo pez? – la voz de Hiccup disminuía a medida que se olvidaba  el verdadero refrán que quería decir pero que dijo una estupidez en su lugar.

-Hicc, mejor calla. ¿Qué dicen? – Jack las animó con su cálida sonrisa. Las sonrisa  conquistadora para Elsa.

-Denos un momento. – Rapunzel tomó a su compañera por el brazo y la alejó de los chicos para tener una conversación privada.

-De ninguna manera.

-¡Qué! Oh, vamos, Mer. Será más divertido si somos un grupo más grande.

-A ti porque te gusta el alvino.

-¿Q-qué? No es así. No. Eso fue hace mucho. Lo he superado. Ahora vallamos a decirles que aceptamos su oferta – canturreó con una sonrisa del tamaño del Sol.

-¡No! No, no y no. Rapunzel no quiero estar cerca de ese. Entiende.

-Mérida, jamás harás amigos de esa manera. Anda, anímate. Ya has visto que no nos hará nada.

-¿Y si su dragón nos come? ¿Y si son bandidos y nos roban?

-No tenemos mucho para perder.

-Sí… Bueno… Mi arco y tu sartén cuentan.

-Mer – suspiró -, estás poniendo excusas ¿te das cuenta? Sabes que no nos harán nada, a Jack lo conozco. ¿Y no sería agradable conocer un Vikingo y su mascota? ¡Tal vez resulten ser agradables!  - su sonrisa comenzaba a sofocar a la otra joven. ¿Qué acaso nunca se apagaría?

-No.

-¡Genial! – hizo oídos sordos y jaló de ella nuevamente a su punto original - ¡Vamos a darles el sí!

-No, Rapunzel, no. – suplicaba a duras penas.

-Por favor, por favor, por favorcito. – devolvía la súplica.

Mérida no podía decir que no porque solo haría que su amiga siguiera insistiendo. Mejor ahorrarle el esfuerzo.

-Está bien. – escupió.

Rapunzel chilló como una ardilla loca, pensó Mérida, y aceptó la oferta de los otros jóvenes.

Las estrellas titilaban a su vez. Hiccup, Jack, Rapunzel y Mérida (alejada por supuesto del primero) estaban sentados en improvisados asientos alrededor del fuego que había crecido gracias a Chimuelo.

-Bien, bien – les hizo callar Jack -¿quién empieza?

-¡Yo, yo! – respondió la joven rubia – Mi nombre es Rapunzel, ya lo saben. Vengo de… bueno mi torre y he caminado mucho tiempo para encontrar una ciudad, o bueno personas. Y no había tenido suerte hasta que encontré a Mer en los bosques, más bien ella a mí, y casi me mata. Y hemos terminado aquí. –concluyó sonriendo. No sabía que era tan sencillo hacerse un amigo.

-Huh, omitiste lo de tu cabello… – señaló el vikingo, estupefacto.

-Oh, cierto. Bueno, es un poco extraño contárselos a ustedes que los conozco hace poco, excepto por Jack, pero lo diré de todos modos. Solo... No enloquezcan ¿sí? - el resto asintió poco a poco - Mi cabello es mágico, con habilidades curativas y revertir cosas. El problema es que al cortarlo, pierde su magia. – apartó su cabello hasta mostrar un pequeño mechón marrón que se diferenciaba del dorado del resto.




-Cool. Sigo yo. – Jack carraspeó  – soy un Guardián, un trabajo para muy pocos. Es complicada mi historia pero lo resumiré. Una vez, la Luna me habló. Si señores, la Luna. Y me dijo mi verdadero nombre. Desde entonces soy este apuesto hombre que jamás crecerá. Oh, y ahora que lo recuerdo, no soy un anciano. Solo tengo más de doscientos años pero luzco joven. – aclaró especialmente para los presentes.

-¿Eso es todo? – dijo Mérida.

-Oh, también tengo habilidades para controlar el hielo y volar por los aires. Me conocen también como el Espíritu del Invierno, o más interesante, Jack Frost. Te toca. – le codeó a Hiccup a su derecha.

Mérida rodó los ojos.

-Huh… De acuerdo… Soy Hiccup Haddock, hijo del jefe de mi clan: Berk. Y, bueno… Mi amigo Chimuelo y yo no encajamos muy bien allí. Como sabrán, los vikingos somos famosos por la caza de dragones.

También por sus olores, pensó Mer.

-Pero… Yo nunca he matado a ninguno a diferencia del resto. De hecho, me he hecho un amigo. Por ello nos hemos alejado de casa, aunque sea por un tiempo…

-Interesante. – sonrió Rapunzel. – Tu turno, Mer.

-¿Tengo qué? – se quejó.

-Claro, todos lo hemos hecho.

Ella suspiró y balanceó su cabeza al compás de su loca melena. Esto era como una “práctica de princesa” que su madre le daba. Otra de las razones por las que aceptó de inmediato irse de Dunbroch. Se paró, juntó sus manos una encima de la otra y con expresión pesada recitó lo que había repetido millares de veces.

-Mi nombre es Mérida, primogénita del Rey  y Reina del clan Dunbroch, princesa de Dunbroch, hermana de los príncipes de Dunbroch. Mi pueblo se alza sobre los bastos bosques donde el Dios del Sol toca la tierra… Blah blah, lo olvidé. Y yo juro solemnemente… blah blah blah.

Su discurso de “princesa” pareció divertirles a todos, incluso al vikingo.

-La palabra Dunbroch me da hambre. – comentó este, haciendo que todos riesen más fuerte.

-¿Eres princesa? – se sorprendió Rapunzel. La sujetó de los hombros  cuando Mérida volvió a sentarse. – ¡Mi amiga es una princesa! Espera, se supone que las princesas no cazan...

-Soy una princesa distinta… - sonrió avergonzada. ¿Qué tenía de fantástico serlo?

-Oye, Mérida, se suponía que debías contar tu historia, no recitarnos un poema. – siguió Jack.

Para cuando todos habían recuperado su aliento, comieron de las provisiones de Rapunzel. Esta y Jack se recostaron en distintos extremos, satisfechos por la comida y se propusieron dormir. La noche era fría, cada vez más fría. Por suerte la joven contaba con su abrigo y Jack, bueno a él no le molestaba.

Mérida se había propuesto para montar guardia, pero Hiccup no le permitió.

-De ninguna manera, “princesa”. Yo patrullaré, no dejaré que lo haga usted. – aunque parecía que la estaba burlando por su título, en verdad sonaba sincero.

Vikingo, ¿qué se piensa que es?

-No. Yo lo haré, vikingo. Ya has visto lo que soy capaz. Así que apártate. Y no me llames princesa. – lo sobrepasó, su melena volando en el gélido viento. Parecía una niña caprichosa, pero Hiccup la sobrestimaba. ¿Se pensaba que era mejor que ella?

-Tengo nombre, princesa, ¿sabes?

Ughhh

-Lo sé. – gritó desde lo lejos y se estrepitó sobre una roca. Su aliento se evaporaba y sus dientes golpeteaban. Mala idea alejarse tanto del fuego. Pero Hiccup estaba allí, seguro viéndola en ese instante. Pero ella le daría la espalda todo lo que pudiese. Aguantaría.



Crack, crack.

Diablos, Mérida se había dormido en plena guardia.  Aún era de noche y los demás dormían. Buscó al vikingo, y encontró una pierna que sobresalía bajo la escamosa ala de su feo dragón.

Crack, crack.

Los extraños ruidos se repitieron, cada vez más audibles. Ella saltó de su incómoda roca, no había notado que tenía una especie de manta peluda y oscura. Buscó por su arco, pero no lo halló. Plan b.

-¡Chicos, despierten! ¡Hay algo allí!

-Debe ser una ardilla, no te preocupes. –balbuceó Jack semidormido.

-¡¿Ardillas gigantes que roban mi arco?! ¡Arriba, se acerca!

Hiccup salió de debajo del ala de Chimuelo con hacha y escudo en mano. Los demás imitaron su gesto, ahora más despiertos. Incluyendo al dragón. Formaron un círculo con sus cuerpos de frente a los árboles a su alrededor. Los nervios de punta. No cabía duda que los bosques eran un lugar para valientes.

Pero ellos lo eran.

Una sombra oscura se desplegó ante ellos. Eran dos. Dos pares de ojos brillantes los miraban. Una de esas sombras se asomó para ser vista, mientras que la otra permaneció incógnita.

Era Elsa.

Su vestido cristalino reflejaba pequeñas estrellas  sobre la superficie. Se veía cansada y llena de estupor.  

Ninguno de los dos esperaba encontrarse en esa situación. No tan pronto.

Jack bajó la guardia. Podía sentir que su cuerpo no respondía. Estaba clavado en la tierra, pero quería correr hacia ella. Quería sonreír, besarla, abrazarla, contenerla. Pero existía esa pelea que sabía a rompimiento entre ellos. No era tan simple. ¿Qué rayos?, ¿qué rayos?, ¿qué rayos? Sus sentidos resucitaron y desbordaron como un volcán en erupción.

-¿Elsa? ¿Qué haces aquí?

-¿Qué haces tú aquí?

-Huh…  - no le diría que huía de sus problemas en vez de enfrentarlos. – Lo mismo pregunto.

-Yo… - tampoco le diría que huía de los suyos. – Larga historia.  

En eso, la otra persona salió a la luz. Era un chico.

¿Tan rápido me ha reemplazado? Ira, desconcierto, dolor, felicidad, celos se arremolinaron en Jack. Esto era increíble.

 El resto de la pandilla apuntó con sus armas y sartén al nuevo  quien no había sido identificado. Incluido Jack.

-Eh… ¡hola, soy James! – se presentó el individuo con nerviosismo y algo de timidez. Un completo idiota, pensó Jack. ¿Y quién le había preguntado?

-¡Oigan, no lo lastimen! Viene conmigo. – intervino Elsa, superponiéndose entre ellos.

-¿Elsa? – reaccionó Rapunzel.

-¿Rapunzel? – ya no tenía sentido explicar su inmensa sorpresa.

-¿Qué acaso todos se conocen? – se quejó en vano Hiccup.

-Shhh, quiero escuchar. – Mérida le silenció.

-¿Quién es este? – Jack tenía el ceño fruncido. Juró que no era su intención mostrarse así. Los celos son algo difícil de controlar.

-Hola, soy James. – saludó, como un tonto, el tipo.

-No me refería a eso…

-No es tu asunto, Jack. – Elsa reparó en su nuevo grupo. – Veo que también has encontrado buena compañía. Espero que te vaya bien. – siguió ella, apenas ocultando su amargura en las palabras. -  James, nos vamos. – lo tomó de la mano y empujó de él hacia adelante.

-¿A dónde? – siguió Jack.

-No es tu asunto… - prosiguió su rumbo, salteando la fogata que se extinguió. Jack la alcanzó  y sujetó su mano con fuerza.

Fue un momento extraño. Luego de su discusión, ambos pudieron sentir en su interior que jamás volverían a sentirse, a tocarse. Pero allí estaba, su mano sobre la suya. Y la sensación pareció desvanecerse. Era magia. Maldita sea, la magia de la que casi se habían olvidado. Y allí estaba de nuevo, el deseo.

Elsa tuvo que reprimirlo. La cura, se recordó. Encuentra la forma de revertirlo. Y después tendrás a Jack. Aunque no por siempre…  Por razones así no podía desconcentrarse con  él, por más que lo quisiera. Y lo quería.

James la ayudaría. Con él no se desconcentraría. Había encontrado en el la paz que pareció perdida. James también la protegería…

-Déjame ir, Jack.

-Jamás.

-Ya lo has hecho, de todos modos. – apuntó con filosas palabras. Jack soltó su agarre con dificultad. Elsa siguió caminando, y James se había quedado a mirar al otro de cabello

-Oye, ¿por qué no se quedan? Parecen exhaustos. Tenemos de todo para sobrevivir en el bosque. ¿Qué dicen?  – Rapunzel se entrometió.

-Sí, cuantos más mejor. – se animó Mérida. No era malo ese pequeño grupo que habían formado por accidente. Si no fuese por alguien en particular, no sería tan malo. De alguna forma, el ánimo de Rapunzel era contagioso.

-Nosotros… - Elsa se lo planteó. – No, no podemos.

-¿Por qué no? – prosiguió la de cabello rubio.

-Porque no y ya. – dijo duramente. Quería salir corriendo de allí. De la ira y tristeza que se desprendía invisiblemente de Jack y la abofeteaba. Lo sentía, su dolor.

-¿E-elsa, por qué mejor no nos quedamos? – pareció que su voz se escuchaba por primera vez. – Mira, tienen fuego y comida. Nos están ofreciendo algo que no tenemos. Hemos caminado casi todo el día.

-No, debemos seguir. –

-Necesitas descansar. – sus sabías y dulces palabras se habían posado sobre Elsa y todos cual coloridas mariposas. Era embriagadora su calma. Jack procuró aplastar esa mariposa.

Elsa tomó aire, y lo soltó, causando que sus pulmones ardieran. Hacía demasiado frío. No le podía pedir a James que continuara en esa instancia.

-De acuerdo.

Rapunzel saltó de alegría. Hiccup y Mérida se presentaron, al igual que James. Jack solo guardaba silencio, masticando la situación de sabor agrio. Algo no le cerraba de ese James.

Al igual que en el comienzo, reavivaron el fuego y tomaron asiento. James al lado de Elsa. Narraron sus historias brevemente y ayudaron a Mérida a buscar su arco, sin éxito, hasta que el cansancio pudo contra ellos y durmieron. Pero Jack no podía dormir, así que tomó el puesto de patrulla nocturna.

Lo que menos hizo fue patrullar. Era una calma noche. Observó a Elsa mientras dormía, desde la distancia. No podía expresar lo mucho que extrañaba ver reposar esos suaves rasgos y el aroma a flores que desprendía. Deseó poder escarbar entre sus mente y saber qué piensa. James le había dado su saco. ¿Era este un reemplazo? ¿O lo había traído consigo solo para darle celos?

No, eso era muy paranoico. James era apuesto, pero no como Jack. Tampoco parecía material para Elsa. Era muy… simple. No era Jack.  ¿Pero podría significar que era mejor que él?

En cuanto pudo, desprendió sus ojos de la y observó el panorama. Era pintoresco, una reunión de gente poco común. Un vikingo y su dragón, una chico de cabello  mágico, una princesa ruda de tierras lejanas, la Reina de las Nieves, un Guardián, y un… James.


Ninguno lo sabía pero grandes cosas -y a su vez peligrosas- les depararía el futuro. Era cuestión de tiempo.


Fin del capítulo 32


Y le damos la bienvenida a rotbftd (Rise of the Brave Frozen Tangled Dragons), aka The Super Five/ Six... y James.


Hola! Mis más sinceras disculpas, he estado bastante ocupada con la escuela y otras actividades que no he encontrado tiempo para escribirles. No piensen que e he olvidado de ustedes ni de Jelsa. Les traigo como disculpa un extenso capítulo que espero que les guste!

-B.

8 comentarios:

  1. wow, me encanto, sin palabras, es hermoso,cuando escribes el otro? saludos tu admiradora! :D

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  2. Ame este capitulo,no te sientas presionada

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  3. Genial. james puede ser mas de lo que piensan como un personaje secundario (los adoro) y espero la continuacion me ha gustado y como. dijo ayelen no te presiones ya somos dos =D trabajos notas pruebas inspecciones ect ect
    ~Saludos =D

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Hey, disculpen mi ignorancia, pero me perdí... que es ''Rise of the Brave Frozen Tangled Dragón'' es un grupo? genero? o un titulo? o que? me explicarían? porfis..(lo lamento, soy nueva en esto) y de donde salio 'james' o sea, de que 'peli' ... obvio si se de donde son los demás personajes, pero de donde es 'james'? o.O y por cierto.. muy buena tu historia, me encanto... la leí toda en 2 días.. :3

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    1. Hola amiga! Yo te explico, "Rise of the Brave Frozen Tangled Dragon" es un crossover, es decir, una combinación de hechos o personajes de películas para un nuevo género si se quiere decir. También se puede decir que proviene de un fandom, que puede ser de una banda musical, peliculas, libros, en este caso: el de jelsa, con gente obsesiva y genial que le gusta leer fanfiction/historias, hacer fanart, etc. Y son muy feliz con ello.

      Aquel crossover une la historia de esas películas (el origen de los guardianes, frozen, enredados, como entrenar a tu dragon y valiente) para crear historias ficticias de ellos en particular. Y como un crossover no le pertenece a nadie puedes hacer lo que quieras con el, hacerlo propio y contar tu propia historia.

      James Brander Garthf es un personaje producto de mi imaginación y que use el personaje de Epic (El Reino Secreto de Dreamworks) para caracterizarlo físicamente, aunque con una variación como con sus ojos esmeralda. ( puedes ver a James aquí http://1.bp.blogspot.com/-QqZ3GX7dTwI/VSLrZVjkgjI/AAAAAAAAAoE/v5yrB4wCA6Y/s1600/photo.JPG )

      Espero haberte iluminado, sino me avisas y con gusto responderé.

      Gracias por pasarte por esta humilde historia! ♥

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    2. ahh *-* Ok, gracias por explicarme.. ya entendí... ;)

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