martes, 31 de marzo de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 24

Jelsa una historia de amor verdadero.


Capítulo 24. "Amor verdadero."




No hubo más ruido que el aullido de Elsa. Fue seguido por las carcajadas del Boogeyman que resonaron por el severo ambiente.

-¡NOOOOOOOO! – gritó desgarradoramente Jack.


Hans apareció en la escena, agitado al parecer por el largo camino que tuvo que recorrer.

-¿Qué me perdí?

-Te dije que lo haría; Jack la mató.

-De hecho, fui yo quien lo dijo.

-¿Vas a hablar de ello ahora? ¿Enserio?

-¡Fue mi idea!

-¡Calla! Admiremos el acontecimiento.

-¡PUEDEN CERRAR LA BOCA!- exigió Jack entre lágrimas y en medio de la desesperación.


Se había avecinado al cuerpo yacente de Elsa. Su rostro estaba frío, y en el centro de su pecho residía el rastro del disparo.


-Elsa… Mírame. Fue un accidente, lo juro. Por favor, mírame… No me dejes.

Con dificultad, la muchacha habló casi inaudiblemente.

-J-jack. – dijo con voz marchita mientras sus dientes castañeaban. Moría de frío.

-Aquí estoy, Els. Siempre estaré aquí. -Él le tomó la mano ante la primera señal de vida.

-L-lo siento-

-Shh… Resiste. Saldrás de esto. Lo siento tanto, no quise herirte. Resiste.

-N-No puedo…

-Sí que puedes, anda hazlo por mí.

-L-lamento tanto todo esto… D-Debí haberme quedado en el palacio.

-No es tu culpa. Fue la mía. ¡Lo siento tanto!–ambas voces se entrecortaban por la angustia.

-A-adiós, Jack.

-¡No! Nunca te atrevas a decirme adiós. No me dejarás… ¡Prometí cuidarte y mira lo que he hecho! Yo merecía morir, no tú…

-Shhh, has sido el mejor Guardián que una persona pudiera desear…

-Siempre seré tu Guardián, Elsa.

-P-prométeme que seguirás con tu vida… Anda hazlo.

-Tú eres mi vida. Y no irás a ninguna parte.

-Jack… -abrió un poco sus ojos, él era tan perfecto. Sonrió al poder admirarlo antes de marcharse.- T-te a…

-También te amo. ¡Pero debes resistir!

Y esas fueron sus últimas palabras. La piel de Elsa había tomado un color cadavérico y sus ojos se habían cerrado. Tampoco respiraba. Jack seguía insistiendo.

-Mi amor, abre los ojos. No me hagas esto. Despierta… ¡Despierta!- se desplomó en un abrazo acompañado en lágrimas. La sujetaba como si fuera capaz de revivirla contra su cuerpo.

-Despierta… - susurró en derrota.





-Y… ¿Ya murió? – preguntó Hans desde la lejanía.

-Claro que sí, idiota. Presta atención.

-Debimos haber traído palomitas.


-¿Cuándo será mi turno? – dijo Pitch a modo de queja.

-Calma, mi amigo. Ya vendrá tu turno.

-¡Pero Elsa ya está muerta, sólo queda Jack!

-¡Lo sé! Pero debemos disfrutar este momento. No es algo que un villano puede ver todos los días. – respondió Hans. El Ser Oscuro masculló algo que Hans comprendió como “vete a freír churros” pero no estaba seguro.



Mientras estos discutían, Jack seguía inmóvil sobre el cuerpo de su amada.

-Jack… - una voz ancestral lo llamó.

Había oído esa voz, más bien era como un sentimiento que retumbaba en su cabeza. La voz del Hombre de la Luna…

Alzó la vista al amaneciente cielo con un atisbo de esperanza.

-¡Hombre de la Luna! Por favor, ayúdame. Haz que Elsa vuelva, te lo suplico. – le bramó a los cielos.

-No tengo el poder para eso, Jack.

-¡Pero has hecho lo mismo conmigo! Revívela a ella.

-Pero has sido tú quien trajo su muerte…

-¡Eso ya lo sé, maldita sea!

-Jack Frost, cálmate. – le sermoneó la Luna – Yo no puedo darle vida. Pero tú puedes salvarla.

-¿Yo? ¡Dime cómo!

-El hielo congeló su corazón, y Elsa no resistió el frío. Seguramente, la solución sea descongelarlo.

-¿Pero cómo? No puedo simplemente incinerarla. Mis poderes tampoco pueden hacer eso.

-Pero te garantizo que funcione. Es posible también que al descongelarlo este falle sin no es lo suficientemente fuerte para sopórtalo. Podría morir de todas formas.

-… ¿Entonces qué debo hacer?

-Bésala.

-¿Que la bese?

-El amor verdadero suele ser la solución usualmente, Jack. Tal vez puedas traerla de la muerte.

-¿De nuevo con eso del amor verdadero?

-De acuerdo, si no estás dispuesto a hacerlo…

-¡Sí! De acuerdo la besaré. ¿Pero solo eso la salvará? ¿No existe algún encantamiento o algo?

-Bésala. No hay nada que perder. Descongela su frío corazón Jack, o será muy tarde… - la voz de desvanecía.

-¡Espera, Hombre de la Luna!

No hubo respuesta, estaba solo una vez más. Su única esperanza era un simple beso.

-Te amo, Elsa. –cerró los ojos – Espero que funcione…

La besó prolongadamente. Al notar que nada sucedía retrocedió apenas unos centímetros con la espera de que despertara. ¿Era muy tarde?

De pronto, sintió un copo de nieve descansar sobre su abrigo, otro sobre su cabeza. Estaba nevando.

-¿Qué rayos-?

Un rayo de luz surgió del pecho de Elsa. A continuación, todo su cuerpo tomó su color natural y al fin, abrió los ojos.

-¿Jack?. –murmuró.

-¡ELSA!- la abrazó como se abraza a alguien que vuelve de la muerte. - ¡E-estás…!

-¿Viva? ¿Pero cómo?

-El beso – dijo él para sí mismo. - ¡El beso funcionó!

-¿Un beso? ¿De verdad?

-¡Sí! Te besé, fue un beso de amor de verdad, y luego comenzó a nevar y tú… ¡Despertaste! – habló rápidamente a causa de la emoción. Elsa seguía en cierto estado de shock.

-Entonces, me salvaste… -sonrió placentera.

-Lo haría un millón de veces más… Espera ¿Cómo te sientes? ¿Sientes frío? ¿Te duele algo?

-No, Jack. Esto bie-

-Oh, Dios. Me diste un susto de muerte. No de muerte no, lamento la expresión.

-Jack…-

-Lo siento tanto ¡fue un accidente! Intenté matar a Pitch y él esquivó el hielo y luego tu-

Elsa le tapó los labios con un dedo.

-No necesito que me lo cuentes. Está todo perdonado.

-Elsa, la persona que viste, que te hirió, no era yo. – él continuó su explicación. Le pareció primordial que la muchacha lo supiera. - Estoy seguro que fue Pitch Black; él se hizo pasar por mí. Yo jamás te lastimaría… No de nuevo, ni por accidente.

La Reina lo atrajo hacia sí por su abrigo y lo besó. Jack no podía sentirse más vivo y aliviado.


-Lo siento, es que no te callabas.

-No me pidas perdón por besarme. – sus palabras pintaron una sonrisa en la boca de su chica. Chocaron sus frentes y permanecieron así por un tiempo. Las palabras sobraban.



Durante ese silencio, se oyeron voces externas que discutían sin sentido alguno y completamente ignorando lo que pasaba entre la pareja.

-¿Me explicarás por qué llevas un vestido?

-¡Es una túnica hecha con maldad pura! – rugía el Señor de las Pesadillas.

-… Pues a mí me parece un vestido.



Jack y Elsa se miraron entre sí, aún quedaban unos cabos sueltos por atar. Y vaya que les dieron su paliza. Pitch luego de rendirse huyó a quien sabe dónde rápidamente como una lanza, mientras que a Hans lo encarcelaron una vez más, mandándolo a la isla más lejana donde nadie podrá encontrarlo jamás.

Antes de que el barco de Hans zarpara, Anna apreció en el puerto.

-¡Elsa!

La chica en cuestión miró a su hermana que corría a toda velocidad hacia ella; aun sosteniendo la mano de Jack.

-¿Anna?

-¡Elsa, qué rayos sucedió! Los guardias me dijeron que había habido un problema y que volvían a deportar a Hans, esta vez para siempre. ¿Me dirás qué pasó o saldrás corriendo otra vez?

La Reina no entendía si su tono era enojado, de reprimenda o desesperado.

-Huh… Bueno es una larga historia, verás yo… - le relató todo lo sucedido. Incluyendo la parte en la que estuvo muerta que fue contada por Jack.

-… Y bueno, le disparé sin querer. Entonces la Luna-

-Espera… ¡¿TÚ MATASTE A MI HERMANA?!

-Bueno, ¡fue un accidente!

-Tú hijo de- Anna atisbó a darle un manotazo pero el Guardián lo esquivó.

-¡Anna, no! Jack me salvó.

-¡Pero te mató, Elsa!

-Pero fue un accidente. – dijo la pareja al unísono. A Anna se debatía en creerles o golpear a Jack.

-¿Y cómo puedes perdonarlo después de todo lo que te ha hecho?

-Bueno, suponemos que fue Pitch Black quien se hizo pasar por él. Tal vez así nos separarían y bueno… acabarían con sus planes.

-¿Así que Hans estaba metido con el Coco?

-Ajá.

-¿Y es real? Creí que solo era una expresión.

-Tan real como que casi me mata. –bufó Elsa.

-Pero fue otro quién lo hizo…

-¡CREÍ QUE HABÍAMOS DEJADO ESO ATRÁS! – Jack chilló. Quedaba claro que ya no le agradaba a Anna.

-¡Chicos por favor! – intervino las Reinas de las Nieves. –Paren con esto. Ya es cosa del pasado, ¿de acuerdo?

-Díselo a la come sándwiches.

-¡Hey! Cierra la boca, Frost.

-¡Tú empezaste!

-¡No, tú empezaste!

-Aquí vamos de nuevo…

-¡Elsa! Dile que deje de molestarme.

-No te estoy molestando…

-¡Sí lo haces!

La Reina suspiró. Esto era increíble…

-¡Chicos, pueden dejar de ser unos niños y pelear contra el otro!

Inmediatamente se callaron. Con justa razón Elsa era la Reina. Hizo que se disculparan entre sí e hicieran las paces.


La princesa pidió presentarse ante Hans antes de partir, y fue así que le dio el golpe de su vida y lo derribó de tal manera que lo cayó al mar. Los hombres se demoraron en sacarlo de allí y devuelta a la celda.

-Se lo tenía merecido. – dijo sacudiendo sus manos.





Los peligros por fin habían cesado en sus vidas. Hans y Pitch estaban fuera del camino, por lo que Jack, Elsa y los demás podrían seguir con sus vidas normales.

El Guardián y su Reina se tenían el uno al otro y no había nada más que les hiciera falta. Ahora, sabían que el amor más puro es la fuerza que todo lo puede. O al menos casi todo…

7 comentarios:

  1. No me gusto, me encantooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!! lo admito eres una gran escritora Britanny :D.

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    1. Cuando lei la primera parte casi se me rompe el corazon :O muchas gracias de verdad! Significa el mundo para mí, ya mismo empezare a escribir el prox. Capitulo, me has inspirado gracias

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  2. Lo amo no lo puedo creer es pich es un completo tonto y anna tenia razon se tenia merecido ese gulpe

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  3. Llore ��, sonreí��, y después de eso dices que fue como una montaña rusa ��

    Me encanto! ������������

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