martes, 13 de enero de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 15


Jelsa una historia de amor verdadero.


Capítulo 15. "Hora de la fiesta" 



La famosa mansión era indescriptible. La palabra inmensa le quedaba pequeña, y era casi tan grande como el castillo real de Arendelle. Tenía dos pisos y enormes jardines con aromas deliciosos. El interior estaba cálidamente iluminado, la música resonaba por todas partes y la gente reía, bebía y danzaba descontroladamente. Como era la fiesta de bienvenida al invierno, estaba adornada con dicha temática.


El salón principal estaba colmado de gente con elegantes y coloridos trajes, todos luciendo máscaras por supuesto. Anna había arribado con Kristoff hacía unas cuantas horas y la fiesta parecía no tener fin.


Bailaron y conocieron a muchas personas que por suerte no habían reconocido a la Reina de Arendelle. Se la estaban pasando de maravilla, y Anna por fin había conseguido olvidarse de sus problemas, por lo menos por unas horas más.


Jack, Rapunzel y Norte llegaron al lugar. En principio, los guardias no habían permitido que este último entrara a la fiesta por no tener máscara. Finalmente, él los convenció al decir que no había sido avisado de máscaras pero sí de sombreros. Los guardias intercambiaron una mirada, y los dejaron  pasar. Jack pudo oír sus risas a sus espaldas, pero decidió no darle importancia. Santa sí que se veía chistoso.


-Bien, este es el plan. - comenzó Rapunzel. Estaban los tres en un rincón donde no pasaba mucha gente, formando una ronda con sus cuerpos. Ambos Guardianes se sorprendieron al ver que ella tomara la iniciativa. En verdad no había sido un factor muy importante en esta misión, no aún. Pero eso y todo, decidieron prestarle toda su atención. - Nos separaremos y buscaremos a Anna, este mismo lugar será nuestro lugar de reunión. Nos veremos aquí en una hora exacta. Si no la hemos encontrado aún, cambiaremos de lugares para buscar. Estoy segura que se encuentra bailando en el salón principal como todos los invitados.


-Entendido. -asintió el muchacho.


-Perfecto. Santa, tú busca por la parte de comidas, y tú Jack, busca en la pista. Yo buscaré en los alrededores.


Se pusieron manos a la obra siguiendo el plan de Rapunzel.


Mientras tanto, Hans y Elsa se presentaban ante los guardias para luego encaminarse a la sala donde la fiesta resonaba. 


-Wow, sí que vino mucha gente este año. - comentó el hombre a su lado.


A Elsa le resultó increíblemente reconfortante la decoración, los copos de nieve de cristal que colgaban del techo, las cortinas de colores fríos. Se sintió feliz por su elección de vestido y no le extrañó la excesiva atención (y envidia) que recibía por los otros invitados. Encajaba perfectamente en este lugar. Aunque le llamaba la atención el gélido aire que rondaba en el ambiente lleno de personas. 


-¿Quieres darme tu abrigo? - se ofreció Hans políticamente correcto, como siempre.


- Esta bien -se lo entregó- , pero hace un poco de frío aquí, ¿no te parece?


-La verdad que diría lo contrario. - Este le dejó ambos abrigos a un sirviente que también llevaba una máscara y se volvió hacia Elsa. - ¿Quiere bailar, mi Reina?


Su sonrisa animadora había hecho efecto en ella, por lo que caminaron hacia la pista y bailaron al compás de la música. Elsa tenía que admitir que no era un mal bailarín, y se veía muy apuesto. Se permitió a sí misma disfrutar y dejarse llevar por el embriagador momento, dejando que sus tristezas fluyeran mientras danzaba en los brazos del ex-príncipe.


Rapunzel no había tenido señales de Anna, aunque no sabía exactamente como era, por lo menos le habían explicado cómo lucía. Pero resultaba difícil encontrar a alguien con sus características entre tanta gente con rostros cubiertos. "¿Por qué no podría ser una fiesta de sombreros como había inventado Norte? Así sería más fácil.", pensó  impaciente. Había buscado por el mismo lugar por lo menos 10 veces y no había conseguido resultado alguno.


Santa tampoco parecía tener suerte, pero aprovechó su ubicación para probar todos y cada uno de los ricos platos de la sección de comidas.


Sin embargo, fue Jack quien le pareció ver a una joven de cabellera roja y ojos azules alejarse de otro hombre en la pista de baile. Decidió seguirla. Ella caminaba torpemente por entre la gente hasta alejarse por los pasillos de la mansión, al parecer sin rumbo fijo.


Anna pudo sentir que la seguían por lo que volteó a ver a la persona. Era un joven vestido en dorado y blanco, y pelo blanco. Tal vez no la estaba siguiendo, sino que estaba perdido como ella.


-Hola, em disculpa, ¿sabes dónde está el baño?


-No. - le respondió Jack. - ¿Tu eres Anna, La Reina?


"¿Cómo lo supo?" pensó Anna. Luego le respondió torpemente:


-¿Qué? ¿Qué Reina? ¿Yo no veo ninguna Reina? Te has confundido de Reina. Yo no soy la Reina Anna, ¿cómo crees?- 


-Perfecto, sabía que eras tú. - la descubrió Jack. Era muy mala mintiendo... - Escucha, me llamo Jack. No me conoces pero necesito tu ayuda. Es una emergencia.


-¿Mi ayuda?


-Sí, se trata de Elsa.




Mientras tanto, en la pista de baile...


-Bailas muy bien, Elsa. Recuerdo que tu hermana me pisaba cada dos por tres.


-Aja... - no quería recordar cómo había manipulado a Anna tiempo atrás en estos momentos. - Tú no lo haces mal. 


Ambos rieron ante sus cumplidos.


-¿Sabes? Bailamos por mucho tiempo, ¿tienes sed? Puedo traerte algo.


-Sí, la verdad estoy exhausta, no me vendría mal una pausa y algo para beber.


-Perfecto, ya vengo. - Hans la soltó sin antes sonreír, "sí que tiene una despampanante sonrisa" pensó Elsa, para encaminarse a la parte de comidas en el ala este del enorme salón. 


Elsa lo siguió, por las dudas...


-¡Oh! Te acompaño.


La sección de comidas estaba casi vacía luego de que Norte le hincara el diente a cada plato, pero los sirvientes seguían trayendo más y más comida. Rapunzel se acercó a donde el Guardián estaba, sin éxito alguno.


-¿No has visto a la Reina, Norte?


-No la verdad que no ha pasado por aquí. ¡Pero tienes que probar estas delicias! - le señalo los bocadillos - Pero no pruebes aquellos, -señalo otra bandeja- , saben a pies.


- ¡¿Estuviste comiendo todo este tiempo?!


-¿Qué otra cosa iba a ser mientras esperaba? - dijo Santa a la defensiva.


-Concéntrate, esta misión es importante.


-¿Por qué lo haces? - preguntó a la vez que se metía a la boca un trozo de carne bañado en salsa.


-¿Hacer qué?


-Ayudar a un completo extraño y molesto chico como Jack.


-Oh, eso. No lo sé, supongo que me gusta ayudar. Además, esperé toda mi vida por una aventura como esta.


-¿Y en qué te beneficia esta misión?


-No lo sé... Supongo que por lo menos he hecho un amigo.


-¿Te refieres a Jack?


-Aja.


-Nunca he visto a nadie que quisiese ser amiga de ese travieso.


-Es agradable. - "Además de muy guapo..." Rapunzel sonrió, perdida en su mente. Santa lo notó, y supo lo que estaba pensando.


-Oh, no... No me digas que... ¿Sientes algo por Jack?


-¡No!.. Bueno... Tal vez... No lo sé. ¿Está mal?- preguntó con notoria tristeza y confusión. Rapunzel no entendía como se sentía, jamás lo había sentido. 


El rostro de Norte se ablandó de su asombro, y su voz se volvió más dulce.


-Mira, niña. Sabes que él ya está enamorado de otra chica. No querrás romper tu corazón por un amor no correspondido.


-Ya lo sé. - Rapunzel cubrió con ambas manos su cara, deseando que la tierra se la tragara - Pero es que me siento muy feliz en su presencia, y haría todo por ayudarlo, a pesar de que apenas lo conozco. ¿Cómo le llamas a eso?


-Pero eso no significa que lo ames. Tal vez solo lo quieres ayudar como un amigo, jamás entenderé esas cosas. Pero créeme cuando te digo, ten paciencia y espera al chico indicado, estoy seguro que llegará.


Su consejo no había sido del todo asimilable, pero era la verdad. Jack no podría corresponderle jamás, pero eso no impediría que le ayudase a ser feliz. 


-Gracias Norte.


-De nada. Espera, ¡esa es la Reina! - señaló a una joven y hermosa muchacha de cabello rubio casi blanco, tez pálida y un precioso vestido. Rapunzel miró con desconcierto. Ella no se veía como le habían dicho. 


Santa añadió: 


-Oh, no es la Reina que estamos buscando. Esa es la antigua Reina, Elsa.


-¡Oh! ¿Esa es la chica? Es muy bonita. ¿Pero que hace aquí? ¿No estaba en las Montañas del Norte?


-No lo sé. Debemos decirle a Jack, de inmediato.


-Espera, está viniendo para acá. Y está con un hombre apuesto también. ¿Lo conoces?


-No. Pero no creo que esto le agrade a Jack tampoco.


-Tenemos que retenerlos. Tú distráelos, yo buscaré a Jack. - ordenó Rapunzel y corrió en dirección a la pista donde Jack se supondría estaba.


Santa se apresuró a donde Elsa y su extraño acompañante se servían sus bebidas. 


-¡Oh! ¿Es usted la Reina Elsa? ¡Me ha costado mucho reconocerla, que bien se ve esta noche su alteza!- Norte no dejó que la joven le respondiera, lo que incomodó un poco la situación.


-Que tal. - respondió Elsa sin saber qué decir. Su plan para la noche era pasar desapercibida de su título real. 


-Mi nombre es Nicholas. Soy un gran admirador suyo.


-Un gusto Nicholas. Este es Hans - dijo la Reina amablemente señalando al pelirrojo a su lado, aunque no pudo esconder su incomodidad. Por lo menos el plan de Santa funcionaba.


Se estrecharon las manos y Norte comenzó una larga explicación acerca de lo deliciosas que estaban los bocadillos de pescado pero les advirtió que no se acercaran a la ensalada de pavo.




Luego de explicarle el plan a Anna, Jack dijo:


-Entonces, ¿me ayudarás?


-Déjame entender. Tú y mi hermana están enamorados pero le rompiste el corazón aunque fue un accidente y jamás pudiste explicarle. Entonces, en su profunda tristeza deseó que la Luna revirtiera sus lazos y no puedes acercarte a ella pero piensas que ella a ti sí... Es muy difícil de digerir todo esto a la ligera. - expresó Anna con cansancio.


-Ahí es donde tú entras. Convéncela que me encuentre en los jardines, yo me esconderé y ella se acercará a mí sin saberlo. Tal vez así pueda hablar con ella y explicarle que aún la amo.


-¿Estás seguro que funcionara? ¿Qué tal si no puedes acercarte ni siquiera aunque ella lo haga?


-No lo sabré si no lo intento. ¿Pero lo harás?


-Supongo, sólo espero que sea cierto cuando dices que la amas. Si en algún futuro te perdona, quiero que la hagas muy feliz. -Anna se sorprendió al oír que sus palabras sonaran casi como una amenaza. Más bien una amistosa y protectora amenaza.


-No lo dudes.


Aunque no lo conocía al joven y su historia era bastante descabellada, Anna casi podía sentir que confiaba en él. En cómo estaba dispuesto a salvar su relación con su querida hermana.


-Lo haré. Pero ella está en las Montañas del Norte ahora y-


En esos momentos, una chica de ojos verdes y cabello rubio extremadamente largo interrumpió su oración. Había corrido hacia donde ellos estaban por lo que se veía. Su voz sonó agitada.


"La noche se está volviendo cada vez más extraña..." pensó Anna.


-¡Jack! ¡Aquí estás! - dijo la chica.


-Disculpa, ¿quién eres?


-Rapunzel - respondió Jack. - Está conmigo, ella es la que conectará los lazos.


-Tú debes ser Anna, un gusto su alteza. -dijo Rapunzel velozmente, luego se dirigió al muchacho - Jack, Elsa está aquí, en el baile, y con un hombre.


-¿Qué? ¿Dónde? ¿CÓMO QUE UN HOMBRE? - él no lo podía creer. En especial lo último...


-En la zona de comidas, tiene un vestido blanco. No te preocupes, le he dicho a Santa que la distraiga. 


-¿Elsa está aquí? - preguntó Anna, todavía sin entender.


-Anna, eso significa que hay que actuar ahora. ¡Ve y dile que vaya a los jardines antes de que sea tarde!


-Entendido.


Decididamente, Anna corrió fuera del pasillo hacia el salón, olvidándose completamente sus anteriores ganas de ir al baño para buscar a Elsa.


El momento que tanto había esperado Jack estaba cerca.


-Gracias, Rapunzel. Sin ti y Santa esto jamás hubiese pasado. - la abrazó y le dio un beso en la mejilla. Ella se ruborizó y sonrió ante su gratitud.


-De nada, ¡ahora apúrate! No querrás perder a tu Reina. Estaré en el salón para cuando me necesiten.


-Gracias otra vez. - Jack le dedico una amplia sonrisa. No sabía cómo se lo agradecería después, pero primero lo primero. Se apresuró a llegar a las grandes puertas de cristal que daban al gigantesco patio trasero.


Ahora lo único que restaba era que Elsa aceptara sus disculpas y que sus sentimientos no hayan cambiado. Jack no se rendiría tan fácil.



Fin del capítulo 15


 Este capítulo fue un poco extenso, ¿no creen? Lamento no haber puesto imágenes, pero es que no tengo mucho tiempo. Bueno espero que no se tomen a mal que haya puesto que Rapunzel admitiese sentimientos por Jack. Pero tal vez no sea lo que ella piense... Espero que les haya gustado :)

-B.










             
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6 comentarios:

  1. No, tu historia esta perfecta, sigue asi ❤

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  2. muy buena me podrias explicar cuando subes capitulo o parte

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  3. Britanny nooooo, me dejaste en lo mas importante, hoy empece a leer tus capitulos y me mataste cuando vi que este era el ultimo, por favor intenta subir más, y no te disculpes por escribir mas de lo normal creeme que a nadie le molesta, y se que no eres una escritora pero creeme que tu imaginación se encarga de todo x3 bueno gracias por tus capitulos de verdad espero que mejore la situacion de jake y elsa, me estan matando lentamente que esten separados siento que les falto mas tiempo juntos 😢 pero ya que, hasta pronto, sigue asi❤️

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    1. Sii, amiga es Jack* no Jake, pero estoy de acuerdo contigo

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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