sábado, 11 de abril de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 31

 Jelsa una historia de amor verdadero.


Capítulo 31. "Aventura".


La joven caminaba por lo que había sido un sendero hacía kilómetros atrás. Haber huido de casa había sido una mala idea, comenzó a pensar. Por lo menos pudo haber pensado en un plan de dónde ir, pero desconocía el mundo del exterior.

Bosques, bosque y más bosques. Rapunzel quería llegar a algún tipo de civilización. Una persona, lo que fuese. Menos un lobo, ya se había topado con varios en unas noches pero había podido






defenderse con su sartén.

-Tranquilo, Pascal. – le dijo a su camaleón – Encontraremos una aventura pronto, ya lo verás.

El animal la miró como si ya hubiese dicho eso un millar de veces y nada hubiese sucedido. Pero en ese instante, una flecha salió disparada en su dirección y por suerte había dado a unos centímetros de ella sobre un tronco. Pascal se puso blanco del susto, igual que la muchacha.

Una chica, de su edad más o menos y con una loca cabellera pelirroja, apareció entre los arbustos corriendo hacia Rapunzel.
 
-¡Oh, como lo siento! Pensé que eras un venado ¿Estás bien?

Rapunzel se había espantado de tal manera que no pudo responder al cabo de unos segundos.

-Sí, estoy bien pero… ¡Por poco me matas!

-Lo siento, de veras. – dijo con  su cerrado acento. Arrancó la flecha de la madera y la guardó en su soporte. Acto seguido, colocó su arco entre su pecho y hombros y le tendió una mano.

-Soy Mérida.

-Ra-Rapunzel. - ¿Meri-qué? Ella era la primera persona que se había cruzado en esas tierras inhóspitas. Gracias al cielo.

-Un placer, Ra-Rapunzel. Bonito cabello. – la elogió sin problemas. Se veía amable, lo cual la otra joven interpretó como una una señal.

 
-¿Estás perdida?

-Eso creo… ¿Tú?

-Lo mismo. No tengo idea como llegué aquí, ni sé dónde estoy. Simplemente salí de mi hogar y caminé por bosques y más bosques.

-Qué pena – la chica pelirroja se acomodó su arco con un saltito con una sonrisa. -, espero que encuentres la salida a este laberinto. Suerte.

Caminaba  al lado de Rapunzel con peculiares saltitos.

-¡Espera! – Rapunzel espetó – Aún no me has dicho qué haces aquí.

-Oh – parecía que lo había olvidado. ¿Debía decirle? No le importó comentárselo aquella tímida y delicada extraña. Estaba descalza y sus prendas un poco desgarradas, debió haber caminado mucho. - Es una larga historia. Mis hermanitos, entre travesura y travesura, terminaron en un barco extranjero que visitaba nuestras tierras y zarparon de inmediato. Tomé el siguiente, pero al llegar al puerto me enteré que los habían encontrado y devuelto a casa. Por suerte estaban sanos y salvos. Pero el barco a mi casa había zarpado tiempo atrás. Y terminé aquí varada, simple.

-Ya, pero me refiero a los bosques.

-Oh, eso. Bien, un tripulante me dijo que debía buscar el siguiente barco en Arendelle. Para allá voy, pero este lugar es interminable.

-Lo sé, ¿verdad? Pensaba que jamás llegaría a la civilización.

La otra  carcajeó. El cielo del atardecer reflejaba luces amarillas  y  hacían resplandecer su cabello anaranjado que se sacudía en ondas como  hojas de un sauce.

-Me agradas. ¿Tú que haces aquí?

-Huí de casa.

-Oh, lo siento.

-No, no hay problema. De hecho me encanta estar afuera. Busco una aventura.

-Yo te traigo una: acompáñame.

-¿A Arendelle? ¡Por supuesto! – se iluminó y chilló de alegría dando brincos.

-Genial, ¿ya has estado allí?

-Sí. – bueno, solo una vez, y no conoció gran cosa. Había ido en trineo, pero por los aires por lo que tampoco sabía cómo llegar…

-¿Sabes cómo llegar?

Rayos.

-Huh… Creo que es para allá – señaló en una dirección. No tenía idea a dónde irían a parar si seguían ese camino, pero algo en sus tripas le había dicho que tal vez encontraría lo que estaba buscando. Aventura.  A nadie le haría daño una pequeña mentira blanca, ¿verdad?

-¿Segura? –preguntó extrañada.

-¿Qué tan apurada estás por llegar al puerto?

-No mucha, mi familia espera por mí aunque me habían alertado que el viaje podría tardar mucho, pero confían en que volveré en unas semanas, quizás.

-Perfecto. Entonces sí es por allí.

Rapunzel la tomó de su brazo, doblándolos como orejas de tazas y marcharon como si hubiesen sido amigas de por vida, aunque recién se conocían. Y Mérida por poco la mata.

-Y… ¿por qué has huido?

Oh, no, ese tema no.

-Es una larga historia.

-Tengo tiempo. – la codeó animosamente.

-Bueno pues, mi madre… - no sabía por dónde comenzar. Le dolía en el pecho hablar de ella, saber que había abandonado a su madre que solo estaba de viaje por unas cuantas semanas. Pero a la vez podía sentirse libre para vivir su vida y no a cuestas de ella. – Ella me tenía… encerrada en mi casa por, bueno, desde toda mi vida. Aproveché su ausencia y escapé.

-No le veo lo largo a eso.

-Bueno, en verdad pasaron muchas cosas, pero eso es la principal razón.

-Oh, ya. ¿Y me hablarás sobre tu extremadamente largo cabello dorado?

Rapunzel estaba por decir “Huh-huh”, pero algo la detuvo. Mérida seguía con su brazo entrelazado en la suya y parecía que nunca iba a parar de sonreír. Si bien tenía un aire feroz (sobre todo con el tema de la flecha) era una encantadora chica. ¿Por qué no?

-Es un secreto y una de las razone por las que Madre me ha “retenido” en la torre. El asunto es que irradia luz cuando canto.

Mérida dejó de caminar por unos segundos, estaba pasmada pero en el buen sentido.

-¿Cabello mágico?

-Claro, y no es lo único que hace. También tiene el poder de revertir lo que el tiempo se ha llevado.

-¿Traes muertos a la vida?

-No, bueno, en verdad jamás lo he intentado. Pero sí rejuvenecer a una persona, por ejemplo.

-¿Lo tienes desde que naciste?

-Ajá. Es un poder muy especial, y que podría caer en manos de cualquiera. Madre siempre dice que pueden haber bandidos allí afuera tras de mí para robarlo.

-¿Y nunca has pensado que tal vez por ello tu madre te mantuvo cautiva? – Mérida lamentó un poco tomar un tema tan delicado, pero sentía mucha curiosidad, como si le picara en las entrañas saberlo. Conocerla.

Rapunzel no lo había pensado en toda su vida.

-… ¿Dices que-que mi madre me ha estado robando  mi poder de alguna manera toda mi vida? –habló casi en susurros.

-Solo es una suposición. – alzó los hombros.

-Es posible… En ese caso, tomé la mejor decisión de huir de allí. Solo me seguiría usando por el resto de mi vida… -acarició un mechón de suave cabello, digiriendo sus pensamientos.

-Oye, lo siento.

-No –reflexionó -, está bien. Me has abierto los ojos Mer, ¿te puedo llamar Mer? – Mérida asintió -  Ahora sé que estoy haciendo lo correcto.

-¿Y sabes qué más? – dijo con entusiasmo -  Ahora no debes preocuparte por volver, sino elegir tu destino. Comenzarás una nueva vida, no tendrás que ver a tu madre de nuevo.

-… Bueno…

-Y te ayudaré. Tal vez en Arendelle encontremos algo interesante.

-Tal vez…



Esa tarde, James regresó al palacio de hielo. Elsa lo esperaba, por lo menos era compañía.

-¡James! – dijo al verlo llegar - ¿Cómo estás?

-Bien, lo siento que venga a esta hora, es que había mucho trabajo en la granja. ¿Tú cómo estás?

-Bien, me alegra que hayas podido venir. Pasa.

Los sillones y mesas congeladas reaparecieron en la desierta sala principal. Elsa se había tomado el trabajo de reconstruirlo para mayor comodidad.

Platicaron un rato. James, mejor dicho su padre, había preparado una deliciosa cena para compartir con la Reina. Este no lo había podido creer cuando James le contó los sucesos de la otra noche.

-¡Estamos bendecidos! ¡Ahora sales con la Reina, no tendremos que morir de hambre nunca más! – había dicho.

-Papá, no salimos. Solo la visito para ver como está. Y no es solo la Reina, es más que eso.

-James, eres gracioso, ¡no puedo creer que en verdad un cerdo se haya comido la mitad de tus ropas! – dijo Elsa mientras reía ante su anécdota.

-Así es, esos animales son del infierno. Devoran todo.

-¿Cómo hiciste para vestirte después?

-Usé la ropa vieja de mi padre, por suerte eran de mi talla.

-Me alegra oírlo… James, espero no te moleste esto, pero ya puedo sentir como si fuésemos… amigos.

-Me siento igual, su alteza. – sonrió.

-Elsa. Sólo Elsa.

-Lo siento, Elsa. Es lindo visitarte, eres cálida en cierto modo. - ¿cálida, enserio? Le retó su conciencia, esa es la estupidez más grande que has dicho, James.

-Gracias, tú también lo eres. Es fácil hablar contigo.

-Y, ya que somos amigos, ¿tal vez quieras hablarme de tus… problemas? Me encantaría ayudarte si pudiera. – y aunque no pudiese, lo intentaría.

-… Huh. Mira, es un tema complicado, tal vez no lo creas. O pienses que estoy loca.

-Jamás lo pensaría.

-Ya. Pero trata de no espantarte, ¿sí?

El plebeyo asintió enérgicamente.

Elsa le relató sobre su “maldición”, la huida del Reino, sobre su hermana, la Luna, su plazo de una semana, incluso habló de Jack, quien de cierta forma había causado su inmortalidad; pero también la había salvado, y ella ya no lo culpaba. De eso, por lo menos.

-Espera, espera. ¿Entonces tu exnovio congeló tu corazón pro accidente y parte de ese hielo sigue allí y por ello…?

Elsa dijo que sí con un lento movimiento de cabeza. Sus ojos eran serios y preocupados, al igual que los de James. Pero James tenía esa familiar chispa suya que lo hacía verse vivo. Como si fuese capaz de arrojarse a un río de serpientes  o por un acantilado por ayudar a otro. Pureza, pensó Elsa que se decía.

-No es mi exnovio… - reflexionó, su cabeza hundida en un mar de pensamientos.

-¿Tu novio entonces?

-No, tampoco…

Era más que eso…

-De acuerdo… - arrastró el joven las palabras, sin comprender – Pero, ¿entonces estás muerta? ¿Eres un zombi?

-No... Es más complicado. Estoy viva. El hielo, al ser parte de mí, permite que mi corazón funcione normalmente, pero… ya sabes.

-Comprendo.

La Reina le respondió con una débil sonrisa.

-¿Y qué harás?

-Buscar una solución. Yo no quiero esta vida, quiero ser normal de nuevo.

-Pero, míralo desde otro ángulo. Seguirás siendo normal, con una vida pero… Bueno por siempre. ¿Quién no quiere ser inmortal?

-Pues yo. La inmortalidad también me quita la posibilidad de tener descendencia... No tendré hijos...– los ojos le picaban, pero James no lo notó.

-¿Cómo lo sabes?

-Lo he leído en libros de magia y hechizos de mi padre. Seré la persona más anormal del mundo, no podré reinar mi Reino si vivo para siempre, la gente me perseguirá con trincheras o algo por el estilo. – Elsa enterró su rostro en sus manos frías.

-Oye – él joven despejó una de sus manos con suavidad -, no eres anormal. Eres especial.

-¿Tú crees?

-Sí.

-Gracias… - Elsa se olvidó de su nombre por un momento – James.

-No hay de qué.

Hubo un prolongado silencio. James quería decir lo siguiente, pero no se animaba a hacerlo.

-¿Crees que si le pides a la Luna que te ayude, lo hará?

-Sí, bueno, eso espero. El espíritu ya me ha hablado en una ocasión. Espero que se repita.

-¿Quieres… que te acompañe? – dijo tímidamente, como si temiera que su respuesta lo pudiese abofetear. - Digo, si quieres. No quiero ser un estorbo...

-¿A hablar con la Luna?

-Bueno, puedo hacer compañía.

Elsa no lo dudó.

-Claro. Pero antes, tengo que irme de las montañas. Mi hermana me está buscando y yo estoy tratando de mantenerla lejos, por su bien. Así que… quería preguntarte si quieres venir conmigo.

James tampoco dudó.

-Por supuesto.

-Pero no sé cuánto tiempo nos tardará. Solo quiero alejarme de aquí así no me encontrarán durante el plazo. Quizás tienes trabajo que hacer, odiaría que dejases la granja por mí.

Él ahora estaba serio. No debía sacrificar a la granja y su familia, él y su padre eran el sostén de esa precaria propiedad. Pero del otro lado estaba Elsa. No podía decir que no. Su familia buscaría una forma de arreglárselas, por una semana por lo menos.

-Lo haré.

-Perfecto. – amagó a abrazarlo, pero se arrepintió en el instante. No era apropiado. – ¿Tienes suministros? Ropa, comida, armas de caza, y esas cosas.

-Comida, como para un año. Ropas, puestas. Y armas, sí.

-Okey, andando.

-¿¡Partimos ya!?

-Lo siento, pero no puedo perder ni un segundo más. Entiendo que tengas prioridades y que no puedas venir conmigo. Lo entenderé, no te preocupes.

-Elsa, te di mi palabra. Iré. –recapacitó solemnemente.

-De acuerdo. – Elsa giró sobre su eje buscando algo. Sin embargo no tenía nada que llevar, ni abrigos, ni armas. – Andando.

-¿Y a dónde vamos?


-A los bosques.


Fin del capítulo 31


¡Espero que les guste! Lo he escrito en poco tiempo. 


12 comentarios:

  1. Genial cada vez se pone mas interesante y la intriga siempre me invade ;3 y al recate!!! Ehem digo a la aventura !! xD espero que no toquen mas historias incomodas pero la curiosidad gana en fin y quiero ver el siguiente capitulo que sera de los chicos ahhh continua pronto
    ~Saludos =D

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  2. Favulosa, es genial me encanta es hermosa! besos. tu admiradora

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  3. Cada ves mas interesante Xfa el próximo capítulo...

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  4. echo un poco de menos a Jack, pero esto también está bien, espero el proximo con JELSA.

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  5. Hola que tal. He leido tu fic y realemente es grandioso. Eres muy buena en esto a pesar de hacerlo en tus tiempos libres. Ya quiero saber que pasara.

    Ahora cambiando de tema un poco... Te invito a que apoyes esta petición para que una pareja Jelsa sea posible en la gran pantalla. Esta petición cuenta con mas de 2,000 simpatizantes
    Espero puedas echarle un vistazo, no te toma mas de 2 minutos
    E igualmente la invitación esta abierta para tus fieles lectores

    https://www.change.org/p/jeffrey-katzenberg-the-walt-disney-company-dreamworks-have-jack-frost-from-rise-of-the-guardians-appear-in-frozen-2-as-elsa-s-love-interest

    Eso es todo. Suerte y nos leemos luego

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  6. Muy buen capítulo. Ya puedo imaginar lo que sigue despues. Sólo espero que no sea lo que pienso, ya que sería lo más predecible. Me encanta la originalidad y tu la tienes.

    Me encantaría que Jack perdiera su callado y de alguna forma se perdiera en el bosque con James sin poder volar.

    En fin, espero no tardes con los nuevos caps que ya me dejaste picado

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  7. me encanto esta historia, cuando subiras el otro espero que pronto
    JELSAFAN

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  8. hola estoy esperando el siguiente capitulo hace dias, lo puedes escribir?

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  9. puedes inventar tu propia historia de amor de jack frost y elsa pero ya no puedes cambiar las otras historias como la de rapunzel-merida-el chico de dragones de berk-y ese chico que esta con elsa que no se ni quien es pero no importa solo eso queria decir hubieras hecho el final cuando jack la salva listo cuento . la segunta parte si puede ser que cuando esla esta atrapada en el tiempo con jack y encontrar la solucion es mas seria una gran pelicula es solo sugerencia y que ya no puedes cambiar la historias de los demas personajes

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    1. Gracias por la sugerencia, pero en los fanfics las reglas pueden modificarse, y pensé en hacer mi propia version de sus historias. Saludos

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  10. Omg si van al bosque entonses se encontraran con rapunsel y merida,hiccup y jack y elsa y james entonses imaginense la tencion cuando jack la encuentre cun un chico extrano no puedo esperar si gue no paras

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