miércoles, 29 de enero de 2014

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 2

¡recuperamos el capítulo 2!
Muchas gracias a la querida
Priscila_La_Gatocornio

PD: HE HECHO CAMBIOS EN LA HISTORIA POR SI QUIEREN VOLVER A LEERLO-

Jelsa una historia de amor verdadero.

Capítulo 2. "El primer día"



Después de la extraña e inesperada aparición de Jack Frost en su vida, Elsa se sentía confundida por su visita, y a la vez incómoda. Tenía un recuerdo muy vago de su amigo de la infancia  pero ella no recordaba que Jack fuera tan... tan... no sabía cómo formularlo. Lo que atraía más su atención era que lucía exactamente igual a la mágica figura que recordaba de niña: cabello de un virgen blanco, ojos como el mar profundo, tez pálida e increíbles dientes blanquecinos. Recordaba historias del mismísimo Jack Frost, el espíritu. Pero era raro que siempre se describiera o mostrara igual, burlando a las leyes del tiempo -de la misma forma en la que siempre se salía con la suya. ¿Pero qué rayos significaba ser un espíritu? ¿Era por ello que Jack no mostraba señales de envejecer?, dejó que su mente divagara por peculiares pensamientos y preguntas mientras seguía recostada en su cómodo lecho congelado. Pero había una pregunta que simplemente revoloteaba exasperadamente en su cabeza y no se la podía quitar

¿Por qué se había ido años atrás?


Jack y ella eran buenos amigos, o lo habían sido. Elsa finalmente había tenido un compañero que realmente la comprendía y le sacaba una sonrisa en cuanto más lo necesitaba. Después de ser separada de su hermana por su incapacidad de controlar su don, Jack la visitba aún más seguido. Los mejores recuerdos que tenía Elsa a demás de los de Anna, eran los que pasaba con Jack. Por las noches, él se escabullía en su habitación, jugaban a perseguir figurillas de nieve - Jack tenía un privilegiado control sobre sus poderes con los que podía hacer maravillas- , jugaban a la fiesta de té, a la princesa y el troll, a las escondidas, reían cuando Jack congelaba los tés de sus profesores y su nana, contaban historias...

Pero era tan distinto ahora.

Si bien Elsa había crecido en todo sentido, había madurado como el retoño de los años, Jack seguía siendo... Jack. Travieso, arrogante, molesto, inmaduro. Incluso pensó que le agradaba más cuando era pequeña que ahora. Era como si él viviese por su propia cuenta y sus reglas, pero a la vez era nada más y nada menos que un Guardián ¿Cómo es que él tuviese la posibilidad de protegerla si no poseía una pisca de responsabilidad? ¿Qué mal había hecho la Reina para merecerse tal castigo?

Tener un Guardián, eso sonaba extraño. Elsa meditó por un momento el revuelo que su llegada había causado para desequilibrar su balanza; en un instante estaba terminando de construir lo que sería su refugio del mundo para poder pasar tiempo a solas, y de un momento a otro llega un desconocido a tocar su puerta - más bien se invitó a entrar por su cuenta - y a decirle que se hospedaría con ella para serle de "tutor". Su mundo se veía patas para arriba y Elsa se batallaba a sí misma en su cabeza intentando encontrar una obvia y simple solución para organizarla.

Para despertarla de su ensueño, una inesperable bola de nieve le cayó directo en la cara. Menuda forma de empezar el día.


-¿QUÉ RA-?... Oh, Jack, eras tú, ¡CÓMO TE ATREVES! - su rostro se encendió por la furia ante tal descaro.

-¿Cómo amaneciste, Elsa? - La interrumpió el joven que ya estaba despierto y sonriente. Se encontraba parado  a los pies de la cama de Elsa. Al parecer llevaba tiempo observándola.


- No te burles, no es gracioso. - respondió amargamente y frunció el ceño. Encima tenía la osadía de tomarle el pelo y reirse de ello a tempranas horas de la mañana.

-Sí lo es.


-No me estoy riendo.


La Reina sonaba seria lo que hizo que Jack dejara de reír lentamente y se disculpó como es debido, aunque no lo sentía de verdad, sí le parecía un poco chistoso. Luego, él trató de salvar la situación.


-¿Dormiste bien? - preguntó con su familiar encanto. Le miraba desde cierta pero no larga distancia, y a pesar de que su pinta mañanera debía ser terrible - ojos lagañosos, cabello enmarañado - Jack la miraba con una extraña y forastera intensidad. Como si el azul de sus ojos quisiera atravesarla. Qué incómodo. A pesar de que como Reina debía estar acostumbrada a miles de miradas, la de Jack Frost tenía un no sé qué que sin malas intenciones - y meramente por accidente - Elsa pronto sintió cómo se ruborizaba.



-Huh... yo... - Diablos, se había quedado sin palabras. Intentó calmarse, olvidar aquel rostro que la contemplaba, y recuperar las palabras robadas de su boca. ¿Desde cuando le pasaba eso de quedarse palabras por un hombre? Y peor era si ese hombre era Jack. Suspiró. - Bien, gracias. Excepto por la bola de nieve. - añadió con cierta frialdad amarga y casual.


-Lo siento, su Alteza. -dijo solo por decir. Sabía que no era la mejor forma de despertar a alguien, pero no pueden decir que no es divertido.


-¿De veras te tienes que quedar? ¿Es muy necesario?


- Ya te lo expliqué, Elsa. Es una misión, no puedo irme ahora.


-¿Seguro? - tal vez si ella insistía él se iría y la dejaría en paz. Cruzó los dedos mentalmente y esperó a que saliera volando por el balcón en ese mismo instante. Pero el mundo es cruel y la vida es injusta.


-Sí. No te desharás de mi tan fácil.- le dedico su perfecta sonrisa. ¿Por qué tenía que estar siempre sonriente? No es que a Elsa le molestara, simplemente sentía que se estaba riendo de ella y no con ella. Oh, bien. Perfecto. Ahora se estaba volviendo loca y paranoica por culpa de Jack. Suspiró pesadamente.


-Tres días, no más, no menos.


-Será divertido, ya verás - la animó guiñandole un ojo.


-No puedo usar la palabra divertido en la situación.



-Elsa, ya hablamos de esto. - no pensaba seguir con el rollo de "vete, no quiero un Guardián" y "pero eres mi misión". - Ahora vístete rápido que hoy será un largo día, su alteza.


-Ya veo. - rodó sus celestinos ojos rendidos. Sus intentos eran inútiles.


Dicho esto, Jack salió volando de la habitación hacia el critalino pasillo, pero se dio media vuelta para echarle una mirada a Elsa y agregó:


-¿Estas segura que quieres ir con esa ropa tan elegante? - señaló su vestido celeste que usaba a diario desde que huyó a las montañas por primera vez. - Te aviso que iremos a las montañas, los bosques y será difícil moverse por los bosques si estas... tan.. tan...  -sacudió su cabeza - arreglada. Ponte algo más cómodo.


-Pues no, estoy bien. Así me visto yo.



-De acuerdo, como tú digas. - Se encogió de hombros y se fue. Jamás entendería a las mujeres cuando se trata de ropa.


Elsa lo siguió por los pasillos del palacio de hielo a paso lento, confiado y elegante, como toda una Reina. Por otro lado,  Jack revoloteaba por los aires como un niño pequeño a la vez que admiraba el castillo.


-¡Wow! Esta escalera se ve de lo más divertida para deslizarse. - dijo él.


-Es una escalera, no es para deslizarse.


-Pues tú lo haces todo aburrido. - la acusó sin evitar sonreír a continuación.


Él se sentó sobre la barandilla de las largas escaleras de hielo y se deslizó por ellas velozmente. Gritó a puro pulmón, sin duda deslizarse era una de sus cosas favoritas.



-IAAAJUU. ¡Deberías probar esto! - Decía mientras bajaba a toda velocidad.

Elsa lo miró con cara casi repulsiva *¿Cómo es que un chico como él sea tan infantil?* 

Jack aterrizó en el piso con una vuelta en el aire. Se la estaba pasando de maravilla. Pero Elsa no se apresuraba por bajar las escaleras sólo lo observaba con la misma expresión.


-¿No vienes? - gritó Jack desde el piso inferior.


-Yo no me deslizo. - dijo tranquilamente mientras bajaba las escalera lentamente, paso a paso, manteniendo la cordura.

-Tú te lo pierdes.


Sin duda las escaleras eran largas y Elsa iba muy despacio para el gusto de Jack.


-Vamos Elsa, apúrate, perderemos tiempo.

-Las reinas no bajan corriendo las escaleras. No es educado.  - respondió desde lo alto.


A Jack le esperaba un largo rato hasta que Elsa terminara de bajar. Cuando finalmente lo hizo, él estaba casi dormido apoyado sobre su bastón.


-Listo, ¿a dónde vamos ahora? - preguntó con ganas.


Jack la llevo lejos del castillo, bajando las montañas. Pero le molestaba que Elsa fuera tan lenta para caminar.


-Elsa, a este paso no llegaremos nunca a donde tenemos que ir!


-Pues yo me tomo mi tiempo. Además, no es fácil caminar con estos zapatos.


-Te lo dije, Elsa. Vamos hacia las MONTAÑAS no una fiesta de gala.

- No es necesario que lo recuerdes. Eso no hará que vaya más rápido, Jack,


-Lo siento. Espera, ¡tengo una idea! Es como un atajo. Yo lo llamo deslizarse.


Y antes de que Elsa se negara, la tomo de la cintura y empezó a formar un camino de hielo resbaladizo sobre el suelo. Era una especie de carretera de congelada que bajaba por la montaña. Jack iba por delante, de espaldas al camino para sujetar a Elsa que se deslizaba detrás de él. La pobre no paraba de gritar. Antes que ella perdiera el equilibrio, la tomó de las manos y sonriendo se quedó un largo rato mirándola a los ojos preocupados de Elsa. Sin duda ella estaba aterrada de lo rápido que descendían de la montaña, pero estaba aferrada a Jack y sabía que nada malo podía ocurrirle, o eso quería suponer. A su vez, él se estaba divirtiendo como nunca.

-¡Vamos muy rápido!

-¡Esa es la idea! Tranquila nada te pasará si estas conmigo. No te caerás, yo te protegeré. Piensa que vamos a tener un poco de diversión, te hace falta un poco de eso.


Eso sonó convincente y a la vez grosero, pensó Elsa. Luego de un rato, ella comenzó a disfrutar su alocado viaje con Jack, esquivando árboles y pinos que se cruzaban  para no chocarse. El paisaje era hermoso, lleno de nieve blanca como las nubes. ¿Tan rápido había llegado el invierno?



-¡Esto es fenomenal! , ¿cómo no lo había hecho antes?

-¿Cómo haces para no chocarte? - se animó Elsa a preguntar.

-Soy un experto, sé lo que hago.-La muchacha rió



Jack imitó su enorme sonrisa, nunca la había visto así de animada, estaba satisfecho. Esto hizo que perdiera la concentración y  chocara su espalda contra un manzano, dando fin a su recorrido de hielo. Elsa golpeó de frente contra el gélido cuerpo de Jack y este, la aferró hacia él. Se quedaron mirando un buen rato en su extraño abrazo accidental.

Él admiraba la belleza y la clase de persona que se había convertido su "pequeña princesita de hielo". Mientras que ella también estaba fascinada por lo atractivo que era Jack y de su descontrolada forma de divertirse que  le empezaba a agradar.

Una manzana cayó en la cabeza de Jack, deprendiéndose del manzano por el choque, y rompió el prolongado silencio entre los jóvenes. Ella se rió de él y de la incómoda (y a la vez agradable) de la situación. Después Jack se sumo a la risa. Elsa tomó la manzana que se había caído dándole un mordisco, estaba hambrienta.


-Mmm está riquísima.


Sin dudarlo, Jack trepó el árbol para conseguirle más manzanas para ella, mientras que Elsa apreciaba su vuelo desde el pie del árbol. Después de un rato, bajó con muchas manzanas en sus bolsillos, en las manos y hasta en la capucha de su buzo. Elsa  creó una hermosa canasta de hielo para ponerlas. Caminaron un largo rato y sin rumbo alguno. hasta que Jack  rompió el silencio.

-

Elsa, la razón por la que me fui en ese entonces fue porque los Guardianes me llamaron para ser parte de su grupo. Mi deber es proteger a cada niño que crea en nosotros. Y estuve mucho tiempo ocupado tratando de vencer a un cruel villano. Luego de lograrlo, los Guardianes me ofrecieron ser guardián de una chica con serios problemas para controlar sus poderes de hielo y que si no la ayudaba, podría llegar a causar muchos problemas. Cuando me dijeron que eras tú, vine lo más rápido que pude. Llegue a tu castillo en Arendelle y escuché que habías huido a las montañas otra vez para reflexionar, y tu hermana tenía fe de que volverías pronto a casa. Y luego te encontré, ¿es eso lo que querías saber?


-Pues... me sentí muy mal de que me dejarás en aquél momento, tuve problemas con mis poderes, es cierto. Congele mi reino e incluso herí a mi hermana por accidente, pero gracias a mi ella lo pude solucionar. Ya no dejo que los miedos me controlen.

-¿Pero por qué huiste esta vez?

-Eso no importa - Elsa no pensaba decirle que era porque se sentía sola -. Pero no creo que precise ayuda, Jack. Ya puedo usar mis poderes sin problemas. Lo que importa es que tengo que aprender a cuidar las montañas, y lo que vive en ellas, supongo.

-Confío en que puedes manejarte tú sola. Pero aún así hay más cosas que aprender. Quiero que sepas tu potencial y cómo utilizarlo para que nada salga mal en el futuro. Es un tema delicado nuestro don, no es fácil de dominar, pero tengo la experiencia suficiente para ayudarte.

-Entiendo. - suspiró Elsa - Y Jack... Gracias.



- No es nada. Me gusta poder verte de nuevo.


-¿Sabes? Sin duda debes enseñarme  eso de deslizarse, ¡fue grandioso!.. Así podrás irte lo más pronto y no te molestaré.

Eso último lo había dicho tristemente ya que ella se sentía muy bien con la compañía de Jack. Y él tampoco quería irse.

-Claro que te enseñaré. Pero no hoy. Tardamos mucho tiempo en el palacio y bajando la montañas que ya está oscureciendo. Deberíamos volver.


-Pero tardaremos mucho caminando para subir de vuelta.


-No caminaremos.


Jack alzó a Elsa en brazos


-Sujeta las manzanas.


Dicho esto se fue volando hacia el castillo. Elsa estaba aterrada, le temía a las alturas y no quería caerse. Se abrazó bien fuerte a Jack para no soltarse. Él lo notó y no pudo ocultar una sonrisa. Elsa vio su diversión en esto así que lo soltó rápidamente y se cruzó de brazos. No le gustaba que él gozara de su miedo, aunque no era esa la razón.


Por fin llegaron al palacio. Elsa bajó de los brazos de Jack, un poco aturdida y mareada por el vuelo. Se sentaron en el vestíbulo del palacio. Jack fue a buscar leña, armaron una fogata y comieron algunas de las manzanas.


En su interior, Elsa se sentía muy feliz, como una llama que se prendía en su pecho por primera vez. Había tenido un día de lo más loco y divertido. Pero no quería mostrar esos sentimientos a Jack, seguro se burlaría o alardearía. Se levantaron, apagaron la fogata y se fueron a acostar.


-Que duermas bien, Elsa.


-Buenas noches... Jack.


Se quedaron mirándose un largo rato sin saber qué decir, ambos yacían en sus camas. Elsa sacudió la cabeza y se dio la vuelta para dormir a espaldas a él, no aguantaba tanta tensión, era muy extraño. Pero Jack no desprendió su mirada en ella casi toda la noche, su traviesa sonrisa todavía plasmada en el rostro.

Fin del Capítulo 2.

De nuevo, ¡muchísimas gracias a Priscila_La_Gatocornio No sé que haría sin ti! :) 

Con cariño ♥ -B

















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11 comentarios:

  1. me encanta esta historia, de echo debería ser una película

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    1. tienes razón me gusto muchísimo :)

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    2. Britanny deberías hacer la quinta parte porque enserio esta historia es super

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    3. Lamentablemente no podrá ser, ambos son de franquicias diferentes, ella es de Disney y el de Dream Worls asi que ni creo que sea posible, es como con Merida y Hiccup

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    4. Sólo... es DreamWorks no Dream Worls

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  2. Ya no puedo esperar para el capítulo 6

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  3. excelente capitulo sigue asi

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  4. Srta. Britanny la felicito esto deberia ser una pelicula o serie esta muy bien

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  5. ya quiero leer el capitulo 8... que pasa con jack?... como vuelve al castillo de elsa?... que hara esla con hans?... cuando aclarara elsa todas sus emociones hacia jack?... Britanny pleace aclaranos todas esas dudas... por fa sigue escribiendo esta historia... esta buenisima... sin conocerte me volvi tu fan... te amo!

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  6. De nada nwn hubiese sido egoísta si no te lo hubiese dado .3.

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