sábado, 1 de noviembre de 2014

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 9

Jelsa una historia de amor verdadero.


Capítulo 9. "Una nueva oportunidad." 


Elsa descansaba en su cama de hielo que aún le recordaba ese vacío que sentía en su pecho por su soledad. Diablos, extrañaba a Jack. Todo le recordaba a él. Tal vez si quisiera volver a ser feliz debía olvidarse de la felicidad que sentía al estar con él. Esa felicidad ya era cosa del pasado.

Soñó, hacía mucho que no soñaba. En su sueño estaba Jack, volando sobre las nubes como un ave. Llevaba puesto su traje blanco que había usado en el baile. Pero mientras él volaba, una ráfaga de viento lo empujó lejos de su vista. Elsa también estaba en el sueño y corrió en dirección en donde Jack había desaparecido. Pero en lugar de encontrarlo a él, sus ropas yacían en la  nieve, y sobre esta, estaba el corazón hecho de hielo que ella le había regalado con su nombre tallado: "Elsa".

Despertó agitada por la pesadilla. No era agradable que tus sueños te jugaran una mala pasada de esa forma, recordando al chico al que había perdido para siempre.

El Sol estaba saliendo por el horizonte cuando se sobresaltó al oír que alguien llamaba a la puerta. Escaleras abajo, usando sus poderes abrió la gran puerta principal. Del otro lado, estaba Hans.

-Buenos días, Elsa.
Por suerte, Elsa se había ido a dormir con sus ropas de siempre ya que hubiese sido una vergonzosa situación que él la viera en pijamas.  

-Qué sorpresa, Hans - dijo sin ánimos - ¿Qué haces aquí?

-Vine a verte, te dije que no me rendiría - sonrió ampliamente. Su cabello rojizo estaba un poco desalineado y sus ropas húmedas por la nieve. 

-¿Quieres pasar?

-Será un placer.

Hans examinó el castillo con ojos asombrados. Nunca había visto algo tan maravilloso como un palacio hecho simplemente con hielo.

-Este castillo es fantástico, Elsa. ¿Lo hiciste tú sola?

-Así es, supongo.

-¿Te gusta estar aquí?
 
La pregunta le tomó a Elsa por sorpresa.

-Sí es agradable. Pero, a veces me siento muy sola aquí. Extraño a mí hermana, ¿sabes?

-Entonces, ¿por qué sigues aquí? ¿Qué te retiene de volver a  Arendelle?

-Me fui de allí por un tiempo. Dejé a Anna a cargo del Reino, yo... me sentía sola, a pesar de tenerla a ella. Su boda con Kristoff será en un tiempo...

-¿El chico alce?

-Tiene un reno, y se llama Sven. Pero sí, Kristoff se llama.

Hans soló la miró, sin responder.

-Lo siento, no tienes donde sentarte. - dijo Elsa - Aguarda un segundo.

Entonces alzó los brazos y brillantes lazos de nieve se juntaron en el centro de la habitación donde estaban, arremolinándose y formando así un sillón de hielo con almohadones de suave nieve blanca.

-¡Wow! Eso fue... ¡fantástico! No sabía que podías hacer eso.- Hans estaba sorprendido. Elsa recordó a Jack usando sus poderes igual que ella. Poderes que compartían en común por alguna extraña razón  del destino y que les permitía hacer cosas extraordinarias como castillos, ropa, muebles, incluso patinar en el aire... Siempre creyó que era la única que tenía ese tipo de magia hasta que lo conoció, dando un giro inesperado a todo su mundo.

-Bueno, es un don que tengo desde que nací. Tampoco yo sabía que podía hacer cosas como esas hasta... bueno, hasta hace poco tiempo.

-Interesante. Eso es increíble. Eres increíble.

Elsa no respondió a su cumplido, solo se limitó a sonreírle. Hans no era tan terrible como había pensado. Trató de matarla hace tiempo, pero según él, solo estaba siguiendo órdenes. Si no estuviese arrepentido de aquello, no hubiese venido a visitarla por segunda vez. La Reina comenzaba a disfrutar de su compañía.

Ambos se sentaron en el nuevo sillón. Hans se aclaró la garganta y siguió hablando:

 -A sí que... ¿huíste de Arendelle, sólo porque Anna se iba a casar?

-No exactamente... Pero, estaba agobiada de deberes reales y organizar la boda... Que... Bueno, yo...

-Elsa, sé que no es esa la razón. Dime la verdad. Puedes confiar en mí.

Hubo un corto silencio, hasta que Elsa habló.


-Tienes razón. La verdad es que... es una tontería pero... Pensé que Anna se casará, tendrá hijos y será feliz junto a la persona que ama, mientras que yo... Envejeceré sola, sin tener una aventura y un compañero con quién estar. Soy un monstruo del que nadie se puede enamorar ni formar una familia. Mi destino es estar sola, pero no es así como esperé que fuese mi vida. Me asusta el hecho de enamorarme también, porque ya he lastimado alguien que amo, mi hermana. No quiero repetirlo nunca más.

-Eso fue un accidente. No eres un monstruo. Solo estabas asustada...

-Lo sé, pero ¿y si pierdo el control? Aún no controlo mis poderes porque no puedo controlar mis emociones. No quiero lastimar a otra persona...

Pareció que Hans recapacitaba y pensaba en qué decir. Finalmente, añadió.

-¿Tú estas enamorada?

Elsa lo miró, confundida y sorprendida por la pregunta. Tampoco supo que decirle.

-Yo... es complicado.

-Puedes decírmelo.

-No lo sé, Hans. No me siento cómoda contándotelo a ti.

-De acuerdo. - el príncipe no se había desepcionado por la respuesta de Elsa. Se levantó del sofá y comenzó a caminar, dándole la espalda a Elsa y mirando la fuente de hielo que estaba en frente de ellos en el vestíbulo.

-¿Sabes? Yo sí he estado interesado en alguien...

-Creí que te habías enamorado de mi hermana.

-Oh, no. Lo siento. Como te dije eso era solo actuación, seguía órdenes, pero decidí que nadie más podía mandar sobre mí. Soy mi jefe en adelante. Ahora solo soy un ex-príncipe en busca de algo más. Entre ello, tú perdón, Elsa. - Hans se volvió para mirarla.

-Ya te he perdonado. Y recuerdo haberte dicho que no volvieras... -lo acusó.

-Sin embargo, me dejaste entrar recién, ¿no es así? -sonrió y se acercó un poco más hacia ella
Elsa se sonrojó. Tenía razón... ¿Por qué lo había dejado entrar de nuevo, luego de haberlo hechado por las cosas horribles que había hecho en el pasado, y por regresar solo... por ella?

-La verdad es que no sé por qué lo hice. Supongo que es porque...

-Te sientes sola. Y la única persona que ha venido por ti soy yo... Y debes saber que lo seguiría haciendo. -terminó Hans su oración.

-No... Bueno, sí. Agh, no lo sé... es complicado...

-Oh, ¿así que no fui el único en venir por ti?

-De hecho, no.

-¿Quién es el otro? ¿Acaso el chico al que amas?

-... Pues... Bueno... Sí. Sí, lo es. Pero él no ha vuelto por mí.

-Lo siento, pero no comprendo.

Elsa suspiró. - Su nombre es Jack. El vino hace unas semanas aquí. Dijo que había sido asignado como mi Guardián o algo así... Se quedó en el castillo por tres días. El tercero, fuimos a un baile en las afueras de Arendelle. Yo... creí... que... - lágrimas comenzaban a surgir de sus ojos.

-Estabas enamorada de él. - Finalizó la frase el muchacho. Elsa asintió. Hans hizo una pausa y luego agregó- : ¿Entonces qué paso? ¿Por qué no volvió?

-En la fiesta, él... Lo descubrí besando a una chica. Había dicho que iba a buscar unas copas, y luego estaba en los brazos de otra. Me dijo que me amaba, había hecho cosas muy lindas por mí, pero al parecer fue todo una mentira. Entonces huí, y volví a aquí, al castillo. Pero él nunca volvió. Supongo que ya se habrá olvidado de mí.... Pero yo no puedo olvidarme de él.

-Elsa...- Hans tomó su mano. - Entiendo que tu corazón esté roto pero jamás se arreglará si sigues atormentándote con ese idiota. Debes olvidarlo.

-¿Pero no ves? No puedo... - la voz de la joven se quebró y comenzó a llorar. Le avergonzaba el hecho de llorar frente a Hans, pero simplemente no pudo evitarlo. Lo peor era que él tenía razón.

-Sí que puedes. Eres fuerte e inteligente. Yo sé que podrás.

-¿Cómo? 

-Pues... No lo sé, supongo que enamorándote de alguien más. Olvídalo a él como él hizo contigo. Demuestrale que no lo necesitas, ya tienes lo que él no supo apreciar: Amor.

-Pero, Hans- su voz sonó casi como una súplica. - ¿Quién podría amarme? Soy solo una fenómeno, Reina de Arendelle con extraños poderes mágicos. ¿Quién sería capaz de amar a un monstruo como yo?

-Deja de decir tonterías, no eres así.

-¿Cómo sabes que no son tonterías? - su voz sonó con enfado esta vez.

-Porque no es así como yo te veo.

El enojo de la chica se rompió y cayó en mil pedazos como un trozo de cristal golpeado con una roca. Comenzaba a entender las intenciones de Hans, pero la pregunta es: ¿las aceptaría? ¿Podría olvidarse de Jack con Hans? Pensó que eso no era justo para este último, ser solo una segunda opción y usado como a un juguete sólo para poder olvidarse de otro muchacho. Aunque... podría funcionar y así lograría dejar a Jack Frost en el pasado.

-¿Cómo me ves entonces?

-De la forma en la que siempre soñé que sería la persona a la que amaría.

-No creí que fuera cierto eso.

-Debes comenzar a creer en lo imposible, Elsa.

Y la besó. La Reina se apartó con cuidado luego de un rato, saboreando el momento, tratando de reconocer si el beso le resultó impactante y especial como la vez en la que había besado a Jack. Pero, esta vez no sintió los fuegos artificiales y las mariposas en su estómago, ni esa sensación de derretirse como el hielo al Sol sobre los brazos del chico como había sucedido con Frost. Sino, que en este beso, no hubo tal magia. Sólo el calor en sus mejillas y el olor a perfume que desprendía Hans. Pero él, se veía muy contento, con un brillo en sus ojos que ¿será real?

-Hans, has sido muy bueno, pero no sé si estoy lista para esto...

-No digas eso - la interrumpió casi en un susurro. - Puedo ayudarte y arreglar tu corazón. Yo nunca te lastimaría.

-Hans...

-Dame una oportunidad, Elsa. Por favor.

-Yo... lo tendré en cuenta. Gracias, de todos modos.

-Entiendo. Pero no me rendiré. Debo irme ahora, pero volveré, si no te importa.

-No, supongo que no. 

-Genial. - le sonrió y ella le devolvió el gesto. Hans le besó el dorso de la mano a la chica y se encaminó a la puerta. Elsa lo siguió a varios pasos de distancia, aún confundida por el momento. Antes de abrir las puertas de hielo, el Príncipe dijo:

-Oh, me olvidaba. Hay un baile, el baile de Invierno en la mansión Bermphry, una familia muy popular y adinerada,  en las Montañas del Este. Estaba pensando... si querías ir, ya sabes... conmigo. Como pareja... de baile quiero decir. Es un baile de máscaras, nadie nos reconocerá, si es eso lo que te molesta.

-Oh, no. No me molesta. - la idea de ir a otra fiesta con otro joven la asustó en realidad. No quería que las cosas salieran mal una segunda vez. Pero quizás, esta ocasión, con Hans, sería diferente. No perdía nada con intentarlo. - Y estaría encantada de ir contigo. - dijo sonriendo mientras se apoyaba sobre una columna.

-¡Genial! El baile es mañana en la noche. Pasaré por ti entonces. Hasta luego, Elsa. -hizo una elegante reverencia.

-Adiós, Hans. - y él atravesó la puerta y se perdió en el horizonte blanco. 

Elsa se apoyó sobre la fría superficie de una de las puertas y suspiró. ¿Funcionaría una relación con su antiguo enemigo? No lo sabría, solo el tiempo lo diría.


















             
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5 comentarios:

  1. :O dos capítulos en un día? acaso me morí y estoy en el cielo?
    Me encantó este capítulo...pero si no subís más capítulos por día.......no lo olvides.... Elmo... Sabe..... donde....... VIVES!

    xD no puedo evitarlo :v siempre soy asi.

    http://38.media.tumblr.com/b583ee8b05da4ef2319e8c56e75d1bfe/tumblr_n96ba1O7eS1rku0n2o1_500.gif

    Que disfrutes el morirte de la risa *okno*

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  2. Wow.......¡¡ESTO ESTA GENIAL!! ¿QUE PASARÁ EN EL SIGUIENTE CAPITULO? NO ME DIGAS, QUIERO SABERLO YO SOLA.

    AY POR DIOS!!! TIENES QUE SEGUIRLO LO MAS PRONTO POSIBLE!!!

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  3. Amiga wow eres increible esta historia desde el primer capitulo me facino, y amiga no le hagas caso a la gente desesperada y bulgar, tu tomate tu tiempo, que esas personas sean impacientes no es tu problema, ademas tu le pusiste a esta historia mas que palabras,esperare paciente y feliz el prox capitulo, de verdad eres asombrosa amiga, tienes un gran don, cuidate Britany.

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  4. wow me encantan tus capítulos los amo sigue asi TQMMMMMMMMMMM

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