sábado, 17 de enero de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 17

Jelsa una historia de amor verdadero.



Capítulo 17. "Un acto de amor verdadero."


Elsa no comprendía, el temor y confusión desbordó por sus venas.

-¿Qué? ¿De qué hablas, Hans, si tú dijiste-?

-Sé lo que dije. Y lamento decirte que no era verdad. Oh, espera… No, no lo lamento.

Plantó sus pies en el suelo mientras se encaminaba hacia la chimenea ardiente.

-Pero dijiste que me amabas… Lo vi en tus ojos. ¡Es imposible fingir amar de esa manera! – Elsa estaba definitivamente shock ¿Qué había hecho?

-La verdad que es muy difícil fingir amarte. Eres tan rara… - expresó con mirada malévola y palabras despreciativas. Para colmo de colmos, se estaba burlando de ella. Claro, como si no fuese suficiente. – Nadie podría amarte, mírate, eres todo un fenómeno con esas cosas mágicas que haces.

-¿Y todo eso por qué? ¿Quieres mi trono otra vez?

-Siempre lo he querido, Elsa querida. – sus palabras eran tan cortantes como navajas. Elsa se sintió tan idiota, él la había engañad por segunda vez, y de qué manera.

-Lamento decirte que Anna es Reina ahora, matarme a mí no te dará el Reino. – le escupió amargamente.

-Pero te quitará de mi camino.

-¿Quién dice? – el desabrido odio se sentía en su boca. Iba a matar a ese bastardo costara lo que costara. Se incorporó, preparó sus poderes, listos para ser usados sobre Hans para destruir cada pedazo de su mísero cuerpo, hasta que el hombre desenvainó su espada que llevaba en su cinturón y colocó la afilada punta en su garganta.

-Ha, ha. – la frenó justo a tiempo. – nada de tus truquitos. No dudaré un segundo en atravesarte la garganta. Ahora escúchame bien, si no quieres que tu hermana muera también, harás lo que te digo.

-¡No te atrevas a tocarla! – aulló Elsa inmovilizada.

-Tengo hombres detrás de ella. Los mejores matones. Si no quieres que de la señal para que la mate, obedecerás.

Temor florecía desde su pecho, Elsa no tuvo otra opción que aceptar.

-¿Qué vas a pedirme?

-Alcánzame ese licor. – indicó Hans.

-¿Vas a tomar ahora? ¿En serio?

-Sin, preguntas. Hazlo. – apretó su agarre causando que la muchacha apretara la mandíbula para evitar gritar de ira. Sintió el sudor corriendo por su espalda.

Elsa avanzó hacia la pequeña mesa donde se encontraba la gran botella de cristal a paso estudiado y lento. Luego le entregó la bebida y Hans dio un rápido sorbo antes de mirarla. Sus ojos verdosos eran crueles, como los de un gato a punto de devorar a su presa.

-Buena chica… Ahora, trae esa vela.

La joven gruñó, esto ya era demasiada humillación. No pudo evitar pensar en Jack y en el error que había cometido al haberlo herido de esa manera. Sabía que lo que había dicho no era cierto. Aunque seguro él ya se había marchado y estaba lejos, muy lejos. Pero a salvo. Ella jamás se lo perdonaría si Hans le pusiera un dedo encima a su hombre.

Elsa le otorgó la estúpida vela, que por cierto había congelado por el roce, seguro por los nervios.

-¿Para qué quieres todo eso?

-Simple, quiero incapacitarte de tus poderes, así no podrás dar batalla. Luego será aquí donde morirás, y para cuando yo esté muy lejos de aquí, recién encontraran tu cadáver entre las cenizas. Lo mejor es que jamás sabrán quién lo hizo. Podría decir que fue… un accidente.-

-¡Te encontraré y me encargaré de ti, no importa dónde te escondas! No te saldrás con la tuya.

-Querida, ya lo hice. Y no lo harás. Aquí termina todo. Por cierto – avanzó a ella – ya no precisarás esto. – Quitó la refinada tiara congelada de su cabeza y la arrojó al fuego.

La chica observó mientras su bella pieza de arte se derretía entre las danzantes llamas. Y comprendió.

-¿Cenizas dices?

-¡Pues claro! ¿Qué mejor forma de destruir el hielo – la señaló con la mano - … que con fuego? – empezó a derramar el licor por su alrededor. – Ups, creo que derrame un poco. Qué bueno que escogí una habitación repleta de madera. No puedes decir que no soy un genio.

-¡Eres un psicópata! ¡Jamás tendrás mi Reino!

-Shhh, no hay necesidad de gritar - enterró un poco más la espada sobre la fina piel de Elsa. – Descuida, nadie nos oirá. – dio unos pasos hacia la chimenea y prendió la vela que ella le había alcanzado. Contemplando la llama, añadió – Que ironía, morir derretida. Admítelo, tú derretías por mí.

Su voz sonó seductora pero increíblemente amenazadora a la vez. Él sonrió causando que Elsa deseara borrarla de su estúpida cara de una bofetada.

-Yo jamás te amaría.

-Oh, pero lo hiciste, te creíste lo que dije. Sentiste algo por mí, lo sé.

Elsa escondió su rostro avergonzado. Quería gritar y salir corriendo de allí.

-Te dejaste llevar por la desesperación de un corazón roto… Bueno eso explica tu situación ahora. La verdad duele ¿no? – le dio una ojeada de arriba abajo para después sonreír complacido- Que desperdicio. De acuerdo, basta de charlas. ¿Tus últimas palabras?

Sólo había una cosa que deseaba más que nada. Inconsientemente y al borde de romper en llanto le respondió:

-Jack… Desearía que Jack estuviese aquí... Que volviese a ser mi Guardián –dijo entre lágrimas.

-Oh, pero Jack no podrá salvarte de esta. No hay quién te proteja, Elsa… Que comience la fiesta.

Dicho esto arrojó lo que quedaba en la enorme botella a la chimenea, haciendo que las llamas se dispersaran por todas partes y por donde él había derramado el alcohol, acreciendo el fuego. Pronto, el incendio fue consumiendo parte de la habitación. Hans seguía apuntando a Elsa, esta vez en la mejilla pero encaminado hacia la puerta. Y en eso, con un veloz movimiento, le cortó la delicada piel forjando líneas de sangre que resbalaban por su semblante, manchando su inmaculado vestido. Elsa se ahogó en un grito. En ese pequeño segundo de desconcentración, Hans arrojó la vela frente a las puertas y las cruzó. A continuación, estas se cerraron de golpe, dejando a Elsa encerrada en una habitación en llamas.

Ella corrió a abrirlas pero había
algo del otro lado bloqueando las manijas, además de que las
llamas a su alrededor amenazaban con quemarla. Buscó otra salida mientras el fuego crecía y avanzaba en su dirección, pero no había otra puerta. La insistente preocupación sobre qué hacer a continuación era lo peor.

Sus poderes, pensó, y en un acto de reflejo comenzó a disparar congelantes brisas hacia las abrazadoras llamas. Fue inútil, el calor y el humo de la habitación la debilitaban cada segundo y el hielo se rehusaba en emerger. Su vestido necesitaba de sus energías para mantener su forma (ya que obviamente estaba congelado), pero ahora las telas comenzaban a derretirse mientras Elsa tosía en busca de oxígeno.

Corrió hacia la ventana que daba a los jardines traseros. Tal vez alguien en aquel lugar la viera y acudiría a su rescate. Y allí estaba Jack, arrojado en el piso y con la cabeza gacha. Pensó que podría llamar su atención.

-¡Jack! ¡Jack, estoy aquí! ¡Ayúdame, por favor! ¡Jack! – vociferó a través de la ventana.

Gritó su nombre cientas de veces hasta que las palabras dejaron de fluir, el peso en su pecho le aplastaba impidiéndole respirar.

Pero él no daba señales de oírla. Claro, estaban muy lejos. Jack jamás escucharía sus gritos. ¿Qué otra salida habría?

Los minutos se acortaban, Elsa no tenía mucho tiempo. Tal vez, si rompía el vidrio con algún mueble podría atraer la atención de Jack. Tomó con todas sus fuerzas la pequeña mesita, pero no fue suficiente para arrojarla contra el cristal. En cambio, ella se desplomó en el suelo sin aliento.

El calor era letal. Podía sentir cómo ella se derretía al pie de la letra. Su vista estaba nublada, no sentía la mitad de su cuerpo. El aire no llegaba a sus pulmones, la habitación era oscura como la misma noche.

Jack. Él era lo único que podía pensar, que quería pensar. Su hermana, sus padres, todos sus seres amados pasaron por su cabeza en una serie de película mientras su memoria recordaba toda su vida. Sabía que el fin llegaría. ¿Por qué debía terminar todo de esta forma? Una incandescente luz blanca fue todo lo que pudo ver. Luego su último aliento…

Jack…



A Jack le pareció haber oído gritos llamando su nombre, pero pensó que era su subconsciente jugándole una mala pasada. Alzó la vista a la mansión por la que su amada había desaparecido y vio que había humo saliendo por la chimenea que antes no había. Mucho humo. Algo debía estar incendiándose.

Fue así cuando vio que una de las habitaciones estaba cubierta en llamas y del otro lado de la ventana había una silueta pidiendo ayuda. Su ayuda. Elsa…



Sin dudarlo voló a la velocidad de la luz, y atravesó los cristales sin importarle las cortadura
s que esto le causó. No podía ver nada en la sala a través del denso y oscuro humo que la cubría en su totalidad.

-¡Elsa! ¡Elsa, dónde estás!


Jack… Esa era su voz, reconoció su voz. ¿Él estaba allí? Imposible, ¿cómo podía oírlo?


Elsa trató de moverse desde el suelo pero su cuerpo no respondía. Quiso también llamar su nombre, pero las palabras no salían de su boca. Sin embargo, bastó con un moribundo gemido para que Jack la divisara.

Corrió hacia ella. Él la sujetó y la alzó sin dificultades, como lo había hecho hacía tiempo, y voló por donde había entrado. Esquivó exitosamente en el último segundo un pedazo de techo que se había desmoronado a causa del incendio. Falló al aterrizar en los jardines, cayendo de lleno en el verde pasto, el cuerpo de Elsa a unos pasos de distancia. Se acercó a ella a rastras.

Su sublime vestido estaba destrozado casi del todo y quedaba muy poco de él, y su cabello era toda una maraña de cenizas y hollín. Aun así, era la mujer más atractiva y agraciada que había visto en su larga vida. Su amor por ella le hacía hermosa.

¿Pero quién le había hecho esto?

Tomó su pulso. Sí, aún vivía. Suspiró aliviado. Sacudió su cabeza lentamente para que Elsa despertase. Elsa carraspeó abruptamente para eliminar las cenizas de sus vías respiratorias. La cabeza le daba vueltas, pero allí estaba alguien sujetándola. Alzó sus claros ojos con dificultad para encontrar otro par del color del océano mirándola con ternura. Su Guardián…

-¿J-jack?

-Sí, aquí estoy, Elsa. – con su mano acarició su rubio-platinado cabello para quitar los escombros. - ¿Estás mejor? ¿Cómo te sientes?

-Dolorida, y un poco mareada…

-Tranquila, estoy aquí. ¿Quieres beber algo?

-No, estoy bien. – Elsa se animó a mirarlo, se sentía tan avergonzada. Se incorporó de a poco hasta quedar sentada y enfrentada a Jack, sus rostros a centímetros de distancia. – Gracias por salvarme – tosió, él sujeto su mano y sonriéndole respondió.

- No tienes que agradecer, lo habría hecho mil veces por ti… ¿Cómo pasó?

-Oh, Jack. He sido una tonta… -los ojos de la joven se inundaron en frías lágrimas.

-¿Qué dices?

-Fue él, Jack. Hans quiso asesinarme, y dijo que después iría tras mi hermana para luego quedarse con nuestro reino.

-¿El hombre con el que estabas?

-Sí. Me dijo… Me había dicho que me amaba, y como una tonta le creí. Estaba muy triste, Jack. No sabía qué hacer, estaba desesperada. Tú me habías roto el corazón y luego él se presentó… Creí que él podría reemplazarte. Pero nadie puede, Jack. Nadie. – y rompió a llorar.

Jack la abrazó con más fuerza, una lágrima resbaló de sus tiernos y furiosos ojos. No podía creer lo que oía. A la vez, una furia asesina creció en su ser, deseando vengarse de quién le había hecho esto a su Elsa. Pero el cuerpo de Jack se relajó con sus dulces palabras y el delicado toque de la mano de su amada sobre la suya. Jack acarició con su pulgar el dorso de su mano.

-Creí que te perdería.

-Yo también lo creí.

-Estamos juntos ahora, te juro que nadie te dañará nunca jamás. Lamento que no hayas sabido la verdad de aquella noche. Te amo y nunca traicionaría tu confianza. Te lo explicaré, cuando fui por las bebidas- se apresuró por revelar, pero Elsa le impidió.

-Shh – ella colocó un dedo sobre los pálidos labios de Jack, el movimiento fue costoso y le causó dolor, pero no quería escuchar sus palabras. Con ese acto ya sabía la verdad. – No digas nada, por favor. No hay nada que perdonar.

Jack se sorprendió.

-¿No quieres saber lo que pasó, después de todo lo que sufriste?

-Es el pasado, ya no tiene sentido. Lo que importa es el ahora... Sabía que no me fallarías.

Acarició su revoltoso cabello blanco.

-Jamás lo haría.

-Lamento lo que dije, eso no era cierto. Yo jamás podría dejar de amarte.

-Por un momento creí que decías la verdad. En mis cientos de años nunca había sentido un dolor parecido, ni tanto miedo, sobre todo cuando te vi en esa habitación incendiada. Aunque odiara pensar que ya no me amabas, no hubiese dejado que te pasara algo y no dudé en salvarte. Te amaría aunque amaras a otro, quiero que lo sepas.

-Pero yo no amo a nadie más.

Jack beso con cuidado los labios de Elsa. Ella lo recibió con un profundo abrazo, había extrañado tanto su extraña calidez acogedora.

-Eres el mejor Guardián, Jack… Aunque, ¿Por qué no has vuelto por mí?

-Oh, es una larga historia. Luego de que huiste del baile intenté seguirte, pero el viento me alejó de ti. La Luna me había asignado como tu Guardián, pero al ver que deseabas lo contrario nuestro lazo se rompió. Tu deseo se cumplió y yo no podía acercarme a ti. Pero eso no significaría que tú no pudieses venir hacia mí, por eso-

-Jack, ¡no tenía idea! –volvió a sentirse una tonta - Creía que no querías verme. Lo siento tanto, no debí haber deseado eso. Es que estaba-

-Está bien, estabas enojada y triste. Pero yo no me rendiría tan fácil, y lo sabes. – le dedicó una sonrisa. – Encontraría la forma de estar contigo.

-Lo sé. Y lo hiciste. – le regresó el gesto.

-Pero… todavía no comprendo cómo pude salvarte. Luego de que me dejaras en la fuente, tampoco pude ir hacia ti porque tu no lo deseabas, pero cuando estabas en peligro la barrera desapareció.

-Tal vez fue porque deseé que me protegieras cuando estuve en peligro.

-¿De veras? Bueno, eso lo explica-

Elsa lo volvió a callar con un beso. No era el momento para tanta charla. Cuando sus labios partieron, la duda calló en ella esta vez.

-¿Pero eso significa que nuestro… lazo… sigue unido? Porque ahora puedes acercarte a mí. La verdad no sé qué significa.

-Yo tampoco. Fue todo un milagro. De todos modos vamos a repararlo, para estar seguros. Encontré una chica que con su cabello mágico puede hacerlo. ¿Puedes pararte?

La muchacha asintió. A duras penas se puso de pie mientras Jack le ayudaba y la sostenía. Se sentía tan seguro en sus brazos.

-Espera, ¿cómo que una chica? ¿De dónde es? ¿Cómo es? ¿De dónde la conociste? – Elsa había dicho accidentalmente. Se ruborizó por completo por su torpeza. – Lo siento, muchas preguntas, no es el momento, lo siento de nuevo.

-¿No estarás celosa, o sí Els?

Ella rió.

-Cállate.

-Wow, jamás me habías dicho que me callara. – le dijo burlonamente. – Me impresionas.

-Siempre hay una primera vez para todo.

Caminaron por el jardín para ingresar a la mansión cuando vieron a Rapunzel y Norte correr hacia ellos.

-¡Chicos ahí están! Estábamos preocupados. – dijo el barbudo.

-¿Qué pasó? – inquirió Jack.

-Hay una habitación en llamas. Todos los invitados huyeron apenas lo supieron. Qué bueno que están bien.

-¿Quiénes son, Jack? – le susurró Elsa en voz baja para que no los oyera.

-No hay tiempo para eso.

La sujetó de la mano y tiró de ella en dirección a los establos, los otros dos los siguieron a paso veloz. Jack siguió diciendo en tono firme y decidido como era él.

-Norte, prepara el trineo, tenemos que atrapar a ese Hans.

-¿A Hans? – preguntó Rapunzel.

-Sí, él causó el incendio y encerró a Elsa allí. Pagará por lo que hizo, se los aseguro. 
-Oh, eso explica su pinta. - Rapunzel dijo apenas audible y miró a Norte. Él asintió. La pareja estaba hecha un desastre, sus ropas quemadas, cortaduras, y rostros llenos de hoyín, peor nadie comentó nada al respecto.
Jack se volvió hacia su chica -¿Se dirige a Arendelle?

Elsa asintió, no muy segura pero era lo más probable.

-Bien, entonces allá iremos.

-¿Qué hay del lazo? – siguió la muchacha de cabellera dorada.

-Lo arreglaremos después. – Jack parecía apurado por llegar al Reino.

Ya en el establo, montaron el trineo. Los renos que tiraban de este comenzaron su firme galope por los aires. Los rostros de todos estaban sumidos en preocupación después de que Jack y Elsa les relataran toda la historia que los otros se habían perdido. En especial Elsa, cuya hermana corría peligro. Sólo deseaba llegar al castillo de Arendelle antes que Hans…

-¿Jack?

-¿Mhm?

-¿Qué pasa si llega a Anna antes que nosotros?

-No pasará, Els. Lo prometo.

-Eso espero.

Jack la contuvo con fuerza contra su pecho. Era su deber cuidarla, siempre lo había sido. Pero muy profundo en su corazón temía no ser lo suficiente para protegerla contra Hans.



Fin del capítulo 17












             
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17 comentarios:

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    1. No me parece me gustaria mas hacer a Elsa inmortal porque seria mas divertido ;D

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Facundo ame tu idea, seria perfecto, Britanny muchas gracias por tomarte el tiempo de subir mas capitulos, puede que no seas una escritora famosa, pero sigue asi y woow creme que si ahorita ya tienes bastantes seguidores que incluyendome comprarian tus libros❤️ Sigue así❤️

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  3. Creí que él podría reemplazarte. Pero nadie puede, Jack. Nadie. – y rompió a llorar. (llore con essa parteeee :(

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  4. tampoco esta mal la idea de facundo, pero el amor no dudaria y jack... no tendria poderes...:'(

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  5. seria mas bonito que elsa con todo lo que le queda de familia (kristof tambien) se hiciesen inmortales y elsa se hiciese reina y guardiana de la nieve y elhielo, con jack (que jack conserve sis poderes)...asi el amor no terminara
    es una idea, las demas tambien estan bien... no me importa lo que se elija...
    me encanta este blogg. I love Jelsa.

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  6. ¡POR FIN! WE ARE THE CHAMPIONS MY FRIENDS (siempre quise hacer eso ¡ME ENCANTA TU HISTORIA! seguila

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  7. Cuando suviras otro capituloooo??? ❤❄

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  8. la mejor historia que he visto , siguuee asii , y cuando vas a subir el orto capitulo ??

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  9. perdon era el otro , perdon me escribi mal perdon era el otro capitulo

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  10. esta historia es muy hermosa y interesante ,continua asi

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  11. Awww dejaste en suspenso y son interesantes tus historias sigue asi ;)

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  12. olas encerio que me fascino tu historia, si fuera un libro lo compraria el primer dia que salga, en mi opinion sobre que elsa sea inmortal en una grandiosa idea. xfa termina la historia, no la dejes eres muy buena, me quede con la duda sobre que pasara con ana y hans

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  13. ME ENCANTO llore en cada momento cuando subiras el siguiente capitulo

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  14. Me gustoo.!! <Cuando subes el próximo capitulo ?

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  15. que hermosa historia porfa el próximo capítulo

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