sábado, 17 de enero de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 16


Jelsa una historia de amor verdadero.



Capítulo 16. "¿Tú me amas?" 



Anna llegó a la sección que le habían indicado, pero no halló allí a su hermana. En cambio, ella había vuelto a la pista de baile y danzaba entre risas con un hombre con saco dorado. Sin pensarlo, se abrió paso hacia ella.


-¡¿Anna?! ¿Qué haces aquí?


-¡Elsa! Al fin te encontré… - Anna la saludó con un firme abrazo, pero lo desarmó de inmediato cunado vio al acompañante de su hermana.- ¡¿Hans?! ¿QUÉ RAYOS HACES AQUÍ? – sus mejillas hirvieron de ira.


-Wow, tranquila Anna. Sólo vine con tu hermana a la fiesta. No es nada grave. – respondió el joven tomando la mano de Elsa.


-¿QUÉ NO ES GRAVE? ¿Elsa te olvidas de con quién te estás metiendo? ¡Él trató de matarme y a ti también!


-Anna, deja de gritar por favor, la gente nos mira. Está bien, él no nos hará daño. – le respondió con calma. Anna no lo podía creer, su boca casi toca el suelo del asombro y repulsión.


-¿Estás loca?- chilló ella histéricamente.


-No, hablo enserio. Hans vino a verme en el castillo después de… Bueno un incidente. Me dijo que todo había sido plan de sus hermanos, pero que ha cambiado y regreso para pedirme perdón.


-Es cierto. – afirmó el pelirrojo.


-¿En serio le crees después de todo lo que hizo? ¡Además tú lo expulsaste del Reino para siempre!


-Lo sé, ¿pero no puedes dejar eso en el pasado? Déjalo ir Anna. Estamos pasando un buen momento aquí, no es justo que tú vengas a arruinarlo.


-Elsa, esto es un error. ¡Y tú lo sabes! ¿Qué te lleva a estar con el enemigo?


-Anna, - fue Hans quién habló esta vez – juro por mi honor que jamás les haré daño. No era yo, sólo obedecía las órdenes de mis hermanos, hasta que ellos también me echaron, espero que en tu corazón puedas buscar el perdón como lo hizo tu hermana-


-¡Tú no tienes honor y cierra la boca!


-¡Anna, no le hables así a mi pareja!


Ambos la miraron con ojos grandes como platos.


-Pareja de baile – se corrigió Elsa – Quise decir, pareja de baile. Ya tuve suficiente de tus caprichos, Anna.


Elsa tomó con fuerza el brazo de su acompañante y marchó firmemente lejos de la pista de baile. Anna tomó su mano antes de que se alejara, deteniéndola.


-Espera, Elsa debes escucharme.


-No quiero escuchar nada más, Anna. – Elsa cerró los ojos, reprimiendo sus sentimientos. Nada le entristecía más que su hermana desaprobara con alma y corazón a su nueva elección. Ella creía que Hans sería la respuesta para olvidar a Jack.


-No, hablo enserio. Hay alguien esperándote en el jardín trasero de la mansión. – Anna dijo casi en desesperación.


Los ojos celestes de Elsa se abrieron de golpe. “¿Podría ser…?”


-¿De qué hablas? – se volteó a ver a su hermana.


-Jack. Jack Frost te espera. Quiere aclarar las cosas, él te ama, jamás dejó de hacerlo.


Elsa soltó su agarre de Hans. Su corazón golpeaba con dureza su pecho.


-¿Y por qué no ha venido él?


-No puede. Me dijo algo de un embrujo… Que la Luna… ¡Ay, no recuerdo! No importa, ve a averiguarlo tú misma.


En ese instante, Hans tomó la iniciativa, Elsa se le escapaba.


-¿Qué? No, Elsa no tienes que hacer eso.


-¿Por qué no? – indagó Anna con histeria. - ¿Quién eres tú para decidir eso?


- Elsa, te romperá el corazón, jamás lo superarás si vuelves arrastrada a él-


-YA BASTA LOS DOS. – interrumpió Elsa. –Es mi decisión, no la suya. Y decido que iré.


Caminó con paso decidido hacia los pasillos y luego hacia las altas puertas de cristal. Hans corría detrás de ella, y la detuvo en el camino sosteniendo sus manos.


-Elsa, escúchame, te lo suplico.


Ella salió de su nube de transe para prestarle atención al ex – príncipe.


-¿Qué, Hans?


-No pienso que deberías ir. ¿No recuerdas cómo destrozó tu corazón?


-Sí, pero…-


-No, Elsa. Lo volverá a hacer, créeme. Ese hombre no vale la pena, no te merece.


-¿Tú como sabes? – su voz era un pequeño susurro. Estaba tan confundida…


-Porque si yo hubiese sido él, jamás te hubiese lastimado en principio.


-¿Qué quieres probar?


-Elsa, quien te ama, jamás te lastimará. Jamás.


- Pero tú… ¿Tú qué sabes del amor?


-Lo suficiente para saber que no mereces sufrir. Yo nunca te haría sufrir…


-¿Cómo puedo saberlo, Hans?


-Puedes confiar en mí, porque te amo.


-Hans…


-Ya te lo había dicho, pero lo repetiré miles de veces hasta que lo creas.


-Pero… Quiero verlo.


-Entiendo, pero debes resistirte. ¿Quieres que te siga dañando? ¿Quieres seguir sufriendo? – Elsa alzó la vista hacia él. Su rostro era dulce y su ceño fruncido lleno de preocupación.


-No. – respondió débilmente mirando las puertas de cristal. Del otro lado debía estar Jack… Pero ahora ella estaba del otro lado, junto con Hans. Y se sentía más seguro así.


-Entonces ven conmigo. – el caballero extendió su mano hacia ella. Elsa dudó, aún confundida pero aceptó.


Se alejaron unos pasos y ella se detuvo.


-Espera, quiero hablar con él… Una última vez.


-Te esperaré aquí - Hans susurró con suavidad.


Elsa avanzó por los bellos jardines. El aire era cada vez más frío a medida que se acercaba a la pulida fuente de mármol que marcaba el centro del patio. Sentado sobre esta había una sombra mirando las estrellas y la Luna llena.


Al voltear, el rostro de Jack se iluminó. Sus ojos serenos, llenos de ternura. También estaba aliviado por no sentir la desesperante sensación de no poder acercarse a ella, la barrera ya no estaba. Ahogó la urgencia de correr hacia ella. Sólo quedaba decirle la verdad de los hechos y demostrarle cuánto la amaba con un beso de amor.


Pero el rostro de Elsa era severo y frío, las palabras de Hans rondaban en su cabeza.


-Viniste.- dijo simplemente Jack pero feliz de los hechos. Ella asintió, era bastante obvio. – Elsa, yo…


-No. No empieces. No he venido a conversar, sólo a hablar.


-Pero no sabes toda la historia, el porqué de la muchacha esa-


-Ya no me interesa- le interrumpió. Lágrimas se asomaban en sus ojos. – Tampoco lo que sientas por mí. Quiero que me olvides. No me busques, no pienses en mí… Se acabó.


-¿De qué hablas? ¡Jamás haría eso! – no podía creer lo que acababa de oír.


-Me rompiste el corazón, no dejaré que vuelva a ocurrir. Adiós, Jack.

-¿Qué dices? ¡Sabes que no es cierto! ¡Te amo y se que me amas tú también!

Elsa no respondió, bajó la mirada al piso. "Esto es más difil de lo que creí..."

-Responde, Elsa. Por favor, tu silencio me está matando.

-Debiste haberlo pensado antes, pudiste haber vuelto... Pero no lo hiciste. Estas son las consecuencias, Jack.

Jack juró que oyó cómo su corazón se salía de su pecho y se rompía en mil pedazos. Su cuerpo se tensó por completo, ni una respiración cortaba el aire. "Esto es una pesadilla."

-Entonces... ¿Tú ya no me amas? - temía más que nada su respuesta.

-Adiós.


Le dio la espalda y retomó su rumbo a la mansión. Cuanto dolor había en aquellas palabreas. Pero en ese momento, trato de fingir que todo estaría bien.


-Elsa, no entiendes, ¡Déjame que te lo explique!


Entonces, pasó. Jack intentó correr hacia ella, sujetar su mano y rogarle que escuchara pero allí estaba otra vez la maldita barrera. No podía acercarse a ella a medida que Elsa se alejaba. La desesperación tomó lugar en su pecho. Gritó su nombre una y otra vez, pero la Reina hacía oídos sordos.


Su única oportunidad había pasado, no podría ir hacia Elsa, y ella había dejado por sentado que no quería volver a verlo. Se acabó…


Se quitó la máscara y la arrojó lejos. Las mejillas de Jack se humedecieron con sus gélidas lágrimas mientras se arrojaba al suelo sin consuelo.


A su vez, Rapunzel llegaba a donde Santa mientras se limpiaba restos de comida en su larga barba blanca.


-¿Y cómo te fue con Elsa?


-No tan bien, huyeron de mí más rápido de lo que pensaba.


-¡¿Qué?! ¿Pero Anna habló con ella?


-Sí, desde aquí los vi charlando y luego Elsa se fue hacia el pasillo seguida por ese niño bonito.


-Ah – suspiró Rapunzel- espero que puedan hablar.


En eso, Anna llegó de la mano de Kristoff.


-Hola, Rapunzel. Les presento a Kristoff, mi prometido. – el hombre rubio saludó con un movimiento de cabeza.


-Un placer. – asintió Rapunzel.


-Mi nombre es Norte, también es un placer.


-¿Cómo crees que les irá allí afuera? – preguntó Anna. Rapunzel no pudo asegurarlo pero casi sonaba exhausta.


-No lo sé, solo deseo que bien. Se aman, estoy segura.


-¿Saben? Creo que nosotros deberíamos irnos, se está haciendo un poco tarde y debo regresar al Reino a la mañana. Aunque me preocupa dejar a Elsa sola… sobre todo con Hans.


-¿Quién es Hans?


-El hombre con el que estaba.


-Oh, - respondió Rapunzel – no te preocupes, nosotros y Jack cuidaremos de ella.


-Y por lo que sé, dudo que no pueda cuidarse por sí sola. – dijo Norte con una gruesa risa.


Anna le regresó la sonrisa.


-Entonces, puedo irme en paz. Fue un placer haberlos conocido.


-Igualmente, su alteza. –respondieron el Guardián y la chica al unísono.


Y dicho esto, se marcharon, dejando a los otros dos esperando en el salón.



Elsa regresó del jardín, todavía con lágrimas y ojos rojizos. Hans no dudó en abrazarla y contenerla y estando en sus brazos, acariciaba su espalda mientras besaba su cabeza. Luego de un rato, comenzaron a caminar por pasillos oscuros, deshabitados de cualquier invitado.


-¿A dónde vamos? – preguntó lánguidamente Elsa, aún aferrada a Hans.


-No lo sé, sólo caminaremos un rato para que despejes la mente. Sé que es duro para ti, pero todo pasará, ya lo verás.


Elsa respiró hondo y le agradeció la modestia.


Recorrieron la planta baja y subieron al segundo piso. El ruido de la fiesta casi no se escuchaba, y definitivamente no había un alma por esos lugares.

-¿Quieres sentarte un rato?- preguntó el joven, sus ojos color verde eran abiertos y amistosos.


-No creo que se pueda… No vivimos aquí, ni siquiera sé si está permitido pasear por la mansión. – dijo en una risa ahogada y triste.


-A nadie le importará, están muy concentrados en la fiesta. No nos molestarán, lo prometo.


-De acuerdo, estoy exhausta.


Compartieron una sonrisa y se adentraron en una de las habitaciones desiertas. Esta era una especie de oficina-estudio, similar a la del palacio de Arendelle. Estaba oscura excepto por la escasa luz de la Luna que entraba por las ventanas. Ambos se quitaron las máscaras y las dejaron sobre una pequeña mesa de madera oscura. Mientras Hans cerraba las puertas de madera preguntó.


-¿Sigues con frío? ¿Quieres que encienda la chimenea? –preguntó pacientemente.


-¿No notarán que estamos aquí?


-No. Si lo hacen diremos que nos perdimos.


Elsa rio ante su tonta sugestión. A la vez que él encendía la chimenea, ella se sentó en uno de los mullidos sillones. Admiró el bonito lugar y su decoración, la cantidad de libros era impresionante, hasta que sintió la presencia de Hans a su lado.


-Sabes, creí que esta noche sería especial. Y resultó ser más que eso, inolvidable.


-Lo sé – asintió la joven – para mí también lo es… Hans, lo que dijiste abajo… Que me amabas… Me preguntaba ¿cómo se puede amar a alguien que se conoce muy poco? Sé que no se nada del amor, sólo lo que leí en libros, y no tengo mucha experiencia. Aunque pensaba que el amor entre dos personas nacía por el largo tiempo que llevan juntos y que se conocen tanto que aprendieron a amarse entre sí. Y nosotros no nos conocemos lo suficiente ¿Estás seguro que me amas?


-Elsa… - su voz era baja y cálida – hay muchas forma de enamorarse de alguien, como las hay de amar. Hay personas que les llevan mucho tiempo, y otras pocas. Pero uno sabe cuándo ese amor es puro y verdadero.


Él se acercó más a ella, colocó su mano en su mejilla con delicadeza. Acarició su suave y empalidecida piel. Sus rostros a centímetros de distancia… Elsa alzó la mirada a la vez que él acercaba sus labios a los suyos.


-¿Y tú… cómo me amas?


Entonces, Hans se detuvo, a milímetros de Elsa. Su rostro se transformó.


-Oh, Elsa, si tan solo hubiera alguien aquí que te amara.





Fin del capítulo 16

 

 


 

:O

 (¿será esta su expresón ahora? Si es así, mi trabajo aquí está hecho. Estoy segura que se la vieron venir ;) )










             
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2 comentarios:

  1. Oh por Dios, me encanta leer los capítulos y leí 16 capítulos en 1 día, algunos capítulos me hicieron llorar sigue escribiendo Brittany eres FABULOSA! <3

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  2. Guou pero me pone triste porque Elsa y Jack no tiene buena relación

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