viernes, 3 de abril de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadera... Parte 27


Jelsa una historia de amor verdadero.



Capítulo 27. "Entonces me iré."


-¿Elsa? – a Jack no le dolía más que verla tan herida y molesta, sobre todo con él. Ladeó la cabeza para mirarla, pero ella insistió en apartar la mirada y caminar derecho al palacio.

-No empieces, Jack.

-Pero es que no me gusta verte así.

-¿De qué otra forma quieres que esté? Mi vida esta arruinada. - se lamentó apresurando la marcha. Jack corrió a impedirle el paso.

-¿Qué esperas que haga?

Elsa lo miró serio, su expresión vacía.

-Arréglalo, o nada.

-Elsa - sus palabras eran dulces. En lugar de enfadarse como hubiese hecho, prefirió hablar las cosas claras. –, sabes que no fue mi culpa. Está bien, yo te salvé la vida, ¿pero cómo iba a saber que eso te haría inmortal? Yo no desee por esto… Sí, lo admito, había fantaseado con una situación así, pero no fue apropósito. ¿Entiendes?
La joven sabía que no lo era, sólo que no sabía a quién culpar. Era tonto, también sabía.

-T-tienes razón… Yo lo siento. No hay excusa para mi comportamiento. Fue tan injusto que me he desquitado contigo… No lo merecías.

-No me pidas perdón, cariño. Sólo trata de no estresarte, no resolverá nada.

-Lo sé, ¡es que no sé qué voy a hacer! Es tan injusto.

-Yo tampoco, pero puedes dejar que te ayude. Juntos buscaremos una forma de deshacerlo, o como sea.

Elsa lo abrazó. No pudo siquiera decir “gracias” por el ajustado nudo en su garganta. Pero esta vez no se permitiría llorar. Ya lo había hecho por mucho tiempo, y las lágrimas no hacían milagros.

Jack desajustó sus brazos de su cintura y la miró.

-Así me gusta. Ahora vamos a decirle a tu hermana. Estoy seguro que será de alguna ayuda.

Anna… Diablos, se había olvidado de ella.

-¡No! ¡De ninguna manera le diremos a Anna! – chilló. No, no, no. Ella no podía saber de su situación “temporal”, como Elsa prefería referirse.

-¿Qué? No seas ridícula, ella debe saber. ¡Es tu hermana!

-Da igual, lo oculto por su bien.

-¿Qué bien va hacerle mentir? ¿A caso te gustaría que ella te escondiese semejante tema? – de nuevo, él estaba histérico. – Mira, Els. Comprendo que no estés muy segura de cómo manejar esto, pero-

-No estoy lista, y mucho menos lo está ella. Saberlo le rompería el corazón. ¡Yo viviré y ella no, seré yo la que la veré morir inclusive! No puedo decirle…

-No se trata de estar lista, sino de que ella debe saberlo en estos instantes. De otra forma se enterará en el futuro mientras ella envejezca, le salgan arrugas y tú sigas siendo fresca y joven y le dolerá aún más saber que le has ocultado tu estado.

-¡Pero ella es MI hermana, y decido no contarle!

-Si no le cuentas tú a Anna, seré yo el que lo haga.

-¿Qué me tienen que contar? – Anna se había sumado a lo conversación.

-Hablando del diablo… - comentó Jack.

-¡Anna! ¿De dónde rayos has salido?

-Los he visto llegar y vine a saludar. ¿A qué se debía tanta discusión? ¿Qué es lo que debes decirme, Elsa?

-Huh… Nosotros… - los habían agarrado por sorpresa.

-¿Elsa…? – Anna insistió.

-Sí, Elsa, dile eso TAN IMPORTANTE que DEBÍAS DECIRLE. – Jack siguió la corriente. Pero ella no lo haría, Anna no debía enterarse por ningún motivo.

La Reina no respondía, ¿qué iba a decirle?

-¡Ustedes qué!

-Huh… Bueno... - Elsa tuvo que armar un pretexto al vuelo. – Jack me ha ofrecido matrimonio. Y yo acepté, eso es todo.

-No mient- ¿Espera qué? – se frenó Jack. ¿Había oído bien? - ¿Has dicho… matrimonio?

-¿De verdad? – Anna se veía emocionada. Por poco sus ojos no se salían de su cara.

-¿De verdad? – continuó Jack sorprendido.

-De verdad. – la joven estaba más aterrada de lo que creía.,

-¡OH, ELSA ESO ES GRANDIOSO! – la princesa saltó a sus brazos. Tanto Elsa como Jack eran estatuas.

–Ahora si me disculpan debo ir a casa a… Bueno, hacer algo  pendiente. Nos vemos.

La capa de Elsa voló a medida que ella se adentraba a toda velocidad. Lo único que quería era alejarse de las reacciones de su hermana, y sobre todo de Jack. No sabía cómo se lo tomaría él, pero  no estaba preparada para averiguarlo luego de esa mentira. Podría estar tanto herido como emocionado…

-¡No puedo creer que ustedes dos se vayan a casar! – había dicho Anna antes de que Elsa se marchara. -¿No es eso lo que has deseado siempre?

Silencio.

-… Sí, supongo.

La muchacha de pelo rojo se había quedado a solas en el vestíbulo al aire libre del palacio junto con Jack. Su emoción comenzaba a contagiarlo.

-Estoy tan feliz por ustedes, qué emoción ¡Sigo sin poder creerlo!

-Sí… Yo tampoco puedo creerlo. – una sonrisa fugaz pasó por sus labios.

-Pero aun no entiendo por qué Elsa se fue tan nerviosa y… rara. –Anna hablaba a cien por hora -Tal vez está un poco aterrada por todo el tema del matrimonio. Me refiero a que ella siempre hablaba de casarse contigo.

La sonrisa se ensanchó.

-Pero ahora… No lo sé, se ve diferente. Algo anda mal con ella, lo presiento. ¿Está ocultando algo, Jack?

-No lo sé, tal vez si le preguntas…

-Buena idea. Espera, ¿está todo bien? Te ves en shock.

-No puedo creer que lo haya dicho… - las palabras se desprendieron de sus pensamientos. Sonrió enormemente y sin notar que lo había dicho en voz alta.

-¿Decir qué?

-Que nos casaremos…

-¿QUÉ? Pero ella dijo que TÚ le habías propuesto, ¿cómo puedes estar tan sorprendido?

Oh-ho…

-Oh… eso. Uh, me refería… Huh…

-¡Estás mintiendo! ¿Qué está sucediendo? – Anna tenía los pelos de punta. –Jack, dime qué es. Soy su hermana, ¡debo saber!

-… - Jack buscó una escapatoria - ¡OH, mira la hora! – miró su muñeca desnuda – Lo siento mucho, Anna, pero debo ir con… ¡Elsa! Sí, Elsa. Para hablar de la boda y esas cosas… Tú sabes. – giró sobre su eje. - ¡Adiós!

-¡Espera, Jack! ¡Cuéntame primero!

-Dije adiós. - Él siguió su rumbo.

-¡No, espera! Respóndeme. ¿Qué debería saber?

La verdad, Jack rio por lo bajo irónicamente.

-Mejor averígualo por tu cuenta.

Y se alejó volando de la muchacha con sus palabras atascadas en su boca.

-¡De acuerdo, vete! Buscaré la respuesta yo sola.


Mientras tanto, Elsa se refugiaba en su estudio. Su mirada estaba perdida a través de la ventana a su vez que meditaba.

-Oh, Anna, ¿qué voy a hacer contigo? – tomó un profundo bocado de aire – No puedo simplemente decirle que soy… inmortal. La destruiría. Ella no puede saber. Pero… ¿qué tal sin encuentro una forma de revertirlo, una cura, antes de que ella se entere? … ¡Sí, podría funcionar! ¿Pero cómo la obtengo?

Unos golpes en la puerta la interrumpieron. El visitante se invitó a pasar.

-¿Quién es? Oh, eras tú Jack. – le sonrió.

-Hey, cariño, ¿me extrañaste? Espera, déjame responder eso… Sí lo hiciste. – el Guardián guiñó un ojo.

-Payaso… ¿Qué te trae aquí?

-Vine a hablar de tu “problema”.

-Oh… Eso. - la nube de alegría que Jack le generaba con sus payadas desapareció.

-Entonces, ¿le dirás?

-Por supuesto que no. Ya no lo repetiré.

-¡Elsa, ella es tu hermana!

-¡Lo sé! Y yo soy la que está tratando de protegerla, no tú.

-Pero yo quiero protegerte a TI, ¿de acuerdo?

-¿Has venido a decirme qué hacer? No necesito órdenes, Jack.

-Vine a decirte qué no hacer: mentirle a Anna. No es la solución ¡entiende!

-¿Y tú qué sabes de cuidar a una hermana? – Elsa seguía teniendo la misma manía de meter la pata en temas delicado y deseó no haber abierto la boca.

-Lo sé… porque tuve una. Y ella ya no está. Pero si estuviese viva, aquí conmigo, la protegería con mi vida miles de veces más y jamás, jamás le mentiría.

-… No es el caso, Jack.

Por más que él intentara, Elsa no daría el brazo a torcer.

-Mantendré el secreto como he hecho toda mi vida. Anna nunca lo sabrá y punto.

-Espera, ¿entonces lo de nuestro matrimonio también era una farsa?

-Me temo que sí… - dijo con cuidado. Sabía que la verdad le dolería más que la mentira. – Lo dije solo porque vino a mi mente. Era una excusa para evadir las preguntas de Anna…

Jack hubiese deseado que su respuesta fuera diferente.

-Pensé… pensé que era real. Me siento estúpido. Supongo que casarse conmigo es muy terrible, ¿no?

-¡No, Jack, ese no es el punto!


-¿Y cuál es el punto?

-Yo sí quiero casarme contigo… Pero, ahora no estoy lista.

-Jamás estás lista para nada.

-Por lo menos hasta que rompa esta maldición…

Jack suspiró. Había sido un día entero de discusiones, no quería seguir por ese camino.

-Está bien… - se rindió. – Supongo.

La joven le dio una débil sonrisa; lo que más precisaba era su apoyo.

-¿Y cómo harás eso exactamente, romper una maldición?

-No lo sé todavía… ¿Pero me ayudarás?

-Huh… No lo sé… – Jack merodeaba por la sala, subiendo y bajando de las mesas y sillones. – Sigo sin comprender por qué es tan malo ser inmortal. O sea, yo lo soy y ¡hey, mírame! Estoy perfecto.

Una risa se escapó. Trata de ser seria, Elsa. Habló dulcemente.

-Sabes que no quiero la inmortalidad, quiero que mi vida siga su curso normal. Es lo que más quiero. Y ahora necesito de tu ayuda… ¿De acuerdo?

-De acuerdo… ¿Y qué vamos a hacer?

-Tal vez podamos hablar con la Luna. Ya sabes, él te ha dicho cómo reparar tu problema. Puede que me ayude a mí también-

-No…

-¿Disculpa?

-No te ayudare…

-¿¿Qué?? ¿Por qué?

-¡A menos…! Que le digas a tu hermana la verdad sobre todo.

-Está bien, lo haré yo misma. – resopló. – No te necesito. Ya he hablado con Hombre de la Luna una vez. Puedo hacerlo otra vez. Con o sin tu ayuda.

-¿Qué? Sabes que no podrás por tu cuenta.

-No me subestimes, Jack. – Elsa arrastró las palabras. – Por favor, ya vete. Debo… pensar.

-Excluyéndome no resolverás nada. Seré yo quien le diga a Anna entonces.

-¡No puedes hacer eso!

-A no ser que lo hagas tú. Dile sobre tu estado y que nuestra boda es solo… una mentira. Es mejor que seguir ocultando. ¡Acepta lo que eres ahora, Elsa! Sólo así podrás resolver las cosas.

-No te atrevas, Jackson. No puedes siquiera obligarme, ella es mi responsabilidad.

-¡Y yo soy tu Guardián! Pero parece que ya no te importa. ¿Y luego qué? No me detendrás a que se lo diga hagas lo que hagas.

Elsa recapacitó sus siguientes palabras, su mente gritaba que las dijera pero su corazón la retenía.

-Entonces me iré…

-¿Te irás? – Jack quedó atónito – Eso es estúpido, ya lo has hecho otras veces. ¿Dejarás a tu hermana, tu Reino y a mí una vez más? ¿Todo porque no le quieres decir la verdad? ¿Es eso lo que quieres?

-… Sí. – lágrimas desbordaban de sus claros ojos.

-... De acuerdo. Entonces vete. – Jack dijo severo.

-Bien.

Elsa de alejó de él hacia las puertas y corrió escalera abajo. En el momento en que las puertas de la oficina se abrieron, Jack gritó.

-¡Espera no te lo tomes tan – las puertas se cerraron en su nariz -… literal!

Llamó a Elsa a través de ellas, y maldijo haber dicho que se fuera. Por supuesto no quería que lo hiciese. Ninguno de los dos estaba manejando la situación de la mejor manera.

Al llegar al gran salón principal, Elsa se apresuró por alcanzar la salida, hasta que Anna se puso en su camino. ¿De dónde salía cada vez?

-¡Hey, Elsa! Ahí estás, te estaba buscando.

-Qué necesitas, Anna. Estoy en un apuro. – trató de ocultar las lágrima, sus hinchados ojos y fingió una voz normal.

-¿En serio? ¿A dónde vas?
 
-Huh… Ningún lugar en particular.

-Oh, ¡yo también voy para allá!

Elsa le dedico una cara de pocos amigos. Quería sacársela de encima.

-Espero que no…

-¿Y a qué hora regresas? Estaba planeando ayudarte con eso de la boda, si quieres.

-No lo sé… - Elsa apretó el paso, ya estaba cerca de su libertad.

-Espera… ¿Estas huyendo? ¿E-está todo bien?

-Anna – se giró hacia ella -, prométeme que cuidarás de ti y de nuestro Reino.

-E-está bien. ¿Pero qué pas-?
 
-Sé que serás una Reina perfecta. – sonrió a duras penas, su farsa no estaba yendo como pensaba. No era tan fuerte para sostener su dolor. – Adiós, hermana. Por el bien de todos…

-¡Elsa, no, espera! – Anna jaló de su mano haciendo que se detenga. Estaba tan cerca de la salida.

-¡Espera, escúchame! – continuó ella. – No puedes irte. ¿Qué voy a hacer sin ti? Ya me has dejado una vez, no lo hagas… Por favor. Te necesito, eres mi hermana; la única familia que tengo además de Kristoff. Y ni siquiera sé por qué huyes esta vez. No importa lo que sea, juntas podremos arreglarlo… Por favor, no te vayas.

Las súplicas de su hermana se clavaron en su pecho. A nadie le dolía más que a Elsa abandonarlos, una vez más.

-Anna… déjame ir.

-¿Qué? ¿¡T-te irás!?

-Sí. ¡Y no me sigas! – continuó su acelerado andar.

-¡NO! ¡Puedes decir lo que pasa; por qué te vas! No tienes que ocultarme nada, Elsa.

-No lo hagas más difícil de lo que es. – respondía a sus espaldas.

-¡Entonces iré contigo!

-No… ¡NO. LO HARÁS!
Elsa, girando sobre sí, lanzó sus congelantes poderes a donde Anna se encontraba. Muchos sirvientes, incluyendo a su hermana se petrificaron. Los picos puntiagudos impedirían el paso de cualquiera.

-Elsa… - imploró la princesa.

-Lo siento, Anna. – giró el perillo de la puerta a sus espaldas y huyó.



No dejaré que lo sepa, y espero que Jack haga lo mismo…

-¡Elsa, tu hielo no me alejará de ti! – Anna la seguía a metros de distancia. Sin duda, Elsa era más rápida, si seguía el ritmo la perdería.

Debo huir y encontrar la cura, yo sola. Volveré a la asilada vida que solía tener, si es necesario. Es un riego que debo tomar.

-¡ELSA ESPERA! – la voz de Anna se oyó no muy lejos. A delante de Elsa, estaba el calmo mar. Con su pie sobre este, un brillante rastro de hielo se formó sobre el agua, creando así un sólido rastro congelado por el que Elsa cruzó hasta el otro lado en los frondosos bosques.


Dejó todo lo que amaba atrás.


Fin del capítulo 27

8 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias dani! posiblemente hoy haga otro capítulo. La verdad que estoy haciendo más de lo que solía xD

      Borrar
  2. Si como Daniela, se siente la tension, hay problemas. Pero me encanto, es muy emocionante
    lo adoro. Siguela Britt es muy linda tu historia ;D. Te quiero!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, en verdad pienso que no soy muy buena reflejando los hecho, pero gracias por el apoyo! También te quiero!

      Borrar
  3. Britany sigue. Haciendo la historia es muy linda Y única .....

    ResponderBorrar
  4. Brit. disculpame que te lo diga pero me parece que Elsa esta siendo un poco cobarrde y mal agradecida con Jack y desonesta con Anna y con sigo misma. Bueno dejando eso atras escribiste un nombre me es mi debilidad y me ablando todos los nervios y las tensiones¡Jackson! es el apellido de el hombre de mi vida ¡MICHAEL JACKSON!!! Elsi se reconcilie con Jacky

    ResponderBorrar
  5. Hola, en el capítulo anterior mencionaste en los comentarios que hiciste o harás una serie de Jelsa donde participan Hiccup,Merida y otros ¿ Cómo se llama la serie ?

    ResponderBorrar
  6. Hola he comenzado ya leer tu serie es fantástica tu imaginación no tiene limites eres muy buena

    ResponderBorrar