sábado, 28 de marzo de 2015

Jelsa, una historia de amor verdadero... Parte 23

Jelsa una historia de amor verdadero.

Capítulo 23. "Oscuridad"


Minutos, tal vez horas pasaron. Elsa no se había movido de su posición; no quiso siquiera saber la pinta que tenía. Ojos rojos y peinado destruido. Respiró despacio. Se sentía mareada y tensa, como si una roca gigante le hubiese aplastado el pecho. Ya estaba harta de esto, no quería sufrir más por culpa de Jack; era hora de ser fuerte.

Se levantó con la ayuda de un árbol cercano. No había reparado en el hecho de que la mayor parte de esa zona estaba congelada. Como si eso importara. Caminó de nuevo al castillo de Arendelle, dejando un rastro de escarcha a sus espaldas. Ya allí, ordenó a todos y cada uno de los guardias que pongan al máximo la seguridad del palacio, debían impedirle que Jack llegara a ella. Si es que pensaba volver. Se encerró en su oficina y no se supo más.

A su misma vez, las velas que alumbraban la penumbra del bosque, en el prado de la cascada, se apagaban.

-Será que Elsa no vendrá. -respingó.

Había pasado más de una hora y no hubo señales de ella. Quizás no pensaba venir. Jack se rindió y voló por los aires hasta su hogar. Le llamó la atención la inusual cantidad de soldados en la puerta, pero no le dio importancia. Entró por la ventana y se encaminó por los corredores en busca de la muchacha. De algún modo u otro debían hablar.

Justo, una sirvienta, Martha pensó que era su nombre, merodeaba por allí. Jack no se esperaba el gritó que pegó la anciana en el momento en que lo vio.

-¡GUARDIAS!

Al instante, Jack se encontraba rodeado de uniformados.

-Eh, amigos. Soy Jack, ¿por qué tanto revuelo?

Ninguno de ellos tenía cara de buenos amigos, apuntaron sus lanzas hacia él. El Guardián dio un salto.

-Whoa, esto no me lo veía venir.

Sin más que hablar, burló al los Guardias y voló cerca del techo. Esquivó aquí y allá lanzas, flechas y espadas. Los pasillos se abrían ante él hasta que unas puertas dobles se abrieron y en el momento se frenó la delirante escena.

-¡Elsa! - dijo Jack sin aliento - ¡Qué rayos-! Entiendo que estés enojada, ¿pero eran los guardias necesarios?

La Reina lo miraba con veneno en sus ojos. Lo mismo con su voz, era severa como quien manda a decapitar a un asesino.

-Lárgate.

Jack rodó los ojos, en verdad le hartaba esta situación.

-Aquí vamos de nuevo...

-¡Hablo enserio! LÁR-GA-TE. -dijo con gravedad. 

-No sin antes explicar todo. No entiendo qué sucede-

-Estás exiliado de Arendelle. -continuó la muchacha haciendo caso omiso a sus palabras. - Cada persona de esta tierra tendrá la obligación de matarte si te ven por esta zona si no te marchas ahora.

-¡No entiendes, Elsa-!

-Vete y jamás vuelvas. O te sacaré por mi cuenta. - cada palabra le encogía el corazón, tanto a ella como a él.

-... ¿Es eso lo que quieres? ¿Ni siquiera vas a dejar que te explique?

-No hay nada que explicar. - convocó sus poderes amenazantemente, preparados para un disparo letal.

El alma se le cayó a los pies. Jack sabía que no había nada que hacer, no importaba cuánto lo intentase. Era lo que ella quería y él no podía hacerla cambiar de idea.

-Está bien. Si es lo que quieres. - alzó los brazos en señal de derrota. Los guardias le abrieron paso y se alejó. Elsa, con el ceño fruncido, no le había quitado el ojo de encima. 

Finalmente, cuando se esfumó de su vista, se relajó. Pero la pena y el dolor volvieron como un suspiro. Dio la orden a todos que se retiraran y se encerró nuevamente.

Reflexionó y reflexionó. No sabía qué hacer. Anna, luego de ver tanto movimiento por los pasillos, fue a preguntar a su hermana. Forzó el cerrojo de la oficina que estaba congelado y se invitó a entrar. El frío de la habitación captó su atención, por poco no nevaba.

-Elsa, sé que algo anda mal. ¿Qué sucede?

Aquella pequeña forma como un capullo pegado a la pared nevada resultó ser su hermana. Estaba acurrucada, abrazando sus piernas y llorando ferozmente.

-Vete, Anna.

No le hizo caso. Se acercó a su frío cuerpo y la abrazó. Elsa se hubiese resistido de haber tenido la fuerza para moverse.

-Puedes decirme, te hará mejor.

-...

-Anda...

-Él... Rompió mi corazón, Anna. Lo arrancó de mi pecho y lo pisoteó como si fuese basura. - Ella contó palabra por palabra todo lo vivido aquella noche. - Fue un error haber ido.

-No, shh shh. - intentó evitar que lágrimas surgieran de sus ojos - Calla... Estarás bien. Él era un idiota, lo supe desde que lo vi.

-Anna...

-Déjame terminar. Lo que hizo él es imperdonable, pero tú debes seguir con tu vida. Demuestra que eres fuerte.

-No lo soy. -sollozó.

-SÍ LO ERES. Solamente que estas herida. Ya encontrarás la manera de sanar, y yo estaré a tu lado si lo necesitas.

-No... 

-¿Huh?

-No te arrastraré con mis problemas. - escupió sus palabras con brusquedad y decisión.

-Pero, Elsa-

-¡Anna, tú tienes una vida, vívela! ¡No quiero hacerte parte de mi sufrimiento! Tienes un esposo bueno y que te cuidará. Yo no arruinaré tu felicidad.

-¿De qué hablas? Hermana, no hagas ninguna locura.

Elsa se levantó, decidida como nunca. Fue hacia su habitación; Anna corría tras ella a paso torpe. 

-¿Qué haces? - inquirió Anna histéricamente. 

-Lo correcto. - la Reina tomó un abrigo y algunas cosas indispensables y se encaminó pesadamente hacia la puerta principal. La joven pelirroja se interpuso en su camino.

-No, para. ¡No puedes huir de tus problemas toda tu vida!

-Muévete, Anna. No estoy huyendo. Los enfrento por mí misma.

-¿Te vas a las montañas porque Jack rompió contigo?

-¡No! Voy a pensar.

-¡Puedes pensar aquí!

-Anna, no entiendes. Quiero estar sola.

-Eso es absurdo, no te dejaré ir. - las lágrimas amenazaban por salir.

-Déjame. 

-¡No! Para eso estoy aquí, para ayudarte en tus problemas. Elsa, por favor, te lo suplico; quédate. 

En un suspiro, Elsa congeló los pies de su hermana para fijarla al suelo y que la dejase salir de allí. Antes de atravesar corriendo las puertas, se dirigió a su hermana.

-Lo, siento. - se alejó sin mirar atrás, excepto cuando se encontraba lejos del alcance de su hermana inmovilizada; giró hacia ella y descongeló sus pies. No era tan cruel para dejarla allí paralizada. Algo de bondad quedaba en su corazón. Y así su figura se perdió en la noche.

Jack no paró de caminar, sin rumbo. Parecía que sus pies lo guiaban a ninguna parte y con mente propia. El resto de él estaba muerto. ¿Cómo diablos superaría esto? ¿Quería hacerlo? Su llanto era silencioso, más bien gritaba en su interior.

Un crujido de hierbas lo despertó de su trance. Lo habían seguido.

Sujetó firme su bastón de madera y gritó a las sombras.

-¡Quién anda ahí!

Los pasos se oían más cerca pero sigilosos.

-Sé que estás ahí. - aulló Jack. - Sal.

Un tipo salió de la oscura penumbra entre dos inmensos árboles. Llevaba una linterna, y la encendió al hablar.

-Puedes bajar eso.

Jack no lo hizo.

La luz verdecida desenmascaraba una sonrisa macabra que Jack no había notado desde un principio.

-¿Me recuerdas?

-Nunca te he visto. 

-Entonces, es un placer conocerte, Jack Frost.

-Lo mismo diría si no te conociera. ¿Cómo dijiste que era tu nombre?

-No lo he dicho. Pero tal vez me conozcas, soy el décimo tercero en el trono de las Islas del Sur. Soy el príncipe Hans.

¿Hans? Oh, ¡Hans!

-¡Tú! - amenazó con dispararle - ¡tú has sido el idiota que casi mata a Elsa!

-El mismo. - el muy despreciable no se mostraba arrepentido. Jack no lo dudaba, le daría su paliza. Fue oportuno que se apareciera allí en el bosque esa noche; tenía mucho enojo que descargar. Hans sería el afortunado en recibirla.

Pero este continuó hablando, estaba claro que tenía algo importante que decir.

-Oí que tu noviecita te echó. Tranquilo, sé cómo se siente. 

-Los rumores corren rápido. - dijo él en tono sarcástico pero sin dejar de ser orgulloso. Continuó con su paso indiferente.
-Veo que no respondes, pero sabes que ella te desechó como basura. Al fin Elsa se dio cuenta de lo patético que resultaste ser.
-No me provoques…
-¿Y qué vas a hacer? ¿Congelarme? – se carcajeó Hans y agitando las manos socarronamente.
-Cierra la boca, perra pelirroja.
-Te la das de muy macho pero no te atreves. Por lo mismo que no te atreviste a pelear por Elsa.
-¡Ya está, estás muerto idiota! –él se abalanzó sobre Hans y arremetió  contra él con un puñetazo.
Hans casi cae de espaldas ante el impacto pero logra mantenerse en pie y devolver el golpe. Golpazos, maldiciones y algunos que otros picos de hielo volaron por el bosque, mientras se cernían en una fiera batalla cuerpo a cuerpo.
Jack logra posicionarse sobre el cuerpo de su rival enviando golpes a diestra y siniestra en su rostro moreteado. El Guardián estaba tan cegado por la ira que no notó cuando su oponente empezó a reír.
-¿De qué te ríes, tarado? – rugió.
- Además de tu nariz sangrante, por el hecho de que ya no volverás a verla.
-¿Qué? – dijo atónito e incrédulo.
-Cómo escuchaste. ¿Qué tan lento eres para notar que esta es una distracción? Te creía más inteligente, Frost.
Él no lo dudó y le dio otra trompada.
-¡Una distracción de qué!
-En verdad eres idiota. En estos momentos mientras me golpeas, tu Reina está siendo asesinada. Pero tranquilo, le pedí a Pitch Black que no sea tan sanguinario, por un rato…
La sangre de Jack se heló y su latido se detuvo.
-¡DÓNDE ESTA ELSA!
-En problemas, seguro.
-¡Habla si no quieres que te mate ahora!
A Hans no se le movió ni un pelo, su rostro sereno estaba sellado en él.
-Si te cuento, me matan. Si no te cuento, me matas. Si me matas no te cuento, y si no me matas tampoco.- Hans se ganó otra trompada… y una patada en sus partes nobles.
-¡NO JUEGES CONMIGO! ¡Si le tocan un pelo juro que te mataré!-
-En verdad no lo sé. Pero sí que está con Picth… Y muerta.

Elsa corría a toda velocidad entre los frondosos árboles, su aliento se había perdido tiempo atrás y su mente daba giros. Por el momento sólo quería llegar a su hogar en las montañas
-¿Perdida? – una voz grave y hosca soltó de la nada. Elsa tuvo miedo de responder, tal vez se lo había imaginado.
-Es poco correcto no responder…
-¿Quién es?- gritó alarmada.
De una sombra; sí, de una sombra, surgió una persona. Más bien una criatura. Era oscura y con paranormales ojos amarillos. Elsa no había visto algo parecido en su vida. El espectro habló con su tenebrosa voz pausadamente, no ayudaba a aquietar el temor de la chica.
-¿Tú que crees?


Jack se ocupó rápidamente de dejar K.O e inconsciente a Hans y surcó los cielos a toda velocidad.  Debía encontrar a Elsa urgentemente, o sería demasiado tarde. Voló sobre los bosques pero no había señales de ella. ¿Dónde estaba?


-N-no, no lo sé. ¡Aléjate de mí! – la Reina, con el miedo estrujando su pecho, retrocedió y le expulsó con sus poderes una gran masa afilada de hielo. Pero el espectro simplemente desapareció en una nube negra de su lugar original y apareció en otro sitio.
Elsa repitió el golpe pero jamás daba en el blanco.
-¿Qué clase de monstruo eres?
-El peor… Me conocen como el Rey de las Pesadillas y de la Oscuridad; pero sobre todo como the Boogeyman. Pero tú me dirás… -Pitch arrastraba las palabras macabramente. Parecían espadas afiladas lanzadas directo hacia Elsa. El Coco era malditamente real, y estaba detrás de ella.
-¡Qué quieres de mí!
-Oh, ya te enterarás.
-¡Nunca! ¡Déjame! – no podría derrocarlo, pero sí huir.
Formó un rastro perfecto de grueso hielo en el que  patinó instantáneamente hacia una diferente dirección; Jack le había enseñado eso.
No miró hacia atrás, porque si frenaba él la atraparía. Debía seguir. Desconocía sus planes, pero fueran los que fueran no serían buenos para ellos.
Pese a su intento de escape, no fue lo suficiente. Pitch estaba al final de su camino congelado. Elsa trastabilló y calló a un lado. Pronto cuando se incorporó con rodillas y brazos raspados, una espesa nube oscura la rodeó. Podía oír en ella gritos atormentados, sintió más miedo que nunca. Trató de huir de allí pero esta extraña magia la golpeaba y aturdía.
-Intenta lo que quieras, no podrás escapar de estas pesadillas.
Pero la Reina de las Nieves le demostraría  lo contrario. El miedo acumulado se convirtió en poder, y como una bomba explotó. Las llamaradas congeladas se dispersaron y desgarraron el  nubarrón.  
-Imposible. – Picth se asombró, no podría haber destruido semejante  brete con esa facilidad.
La respiración de Elsa estaba agitada, volvió su cuerpo hacia el espectro y siguió a atacarlo con su magia y se cubría de los contraataques con escudos escarchados.
-¡No podrás contra mí! – rugió la muchacha.
-¡Ya veremos!


Jack escuchó estruendos poco comunes entre los pinos, seguidos de gritos de dolor. Voló directo hacia ellos, pero el alivio fue poco al verla a Elsa luchando contra Pitch. Estaba en las espaldas del Boogeyman y enfrentado a los atemorizantes ojos de Elsa.
-¡ELSA!- Jack no tuvo mejor idea que vociferar su nombre.
-Al fin tenemos la compañía que esperábamos… - Pitch dijo su inusual voz sombría.
Fue un segundo en el que la Reina centró su atención en su Guardián  y Pitch aprovechó ese descuido. Fue un instante cuando logró un buen golpe sobre la Reina y  la derribó. Fue en un santiamén que Pitch apuntó una flecha creada de magia negra directo al corazón de la joven.
El espectador quedó petrificado. Reaccionó; debía salvarla porque no la perdería en manos de su mayor enemigo. No la perdería. Como si fuese en cámara lenta, Jack arrojó mediante su bastón un  rayo letal como nunca antes había hecho. Mataría a Pitch sin duda. Pero en ese momento, el aludido se movió como si conociese dicha coreografía. El rayo no le hizo ningún rasguño.

Había impactado sobre Elsa.

Fin del capítulo 23


5 comentarios:

  1. DDD''': no me dejes en suspenso t.t (primer comentario lol)

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  2. hola Britt, me gusta tu historia ¡¡¡¡¡AMO JELSA!!!!! ,no es que te quiera presionar cariño, pero podrias escribir un capitulo por dia por que es emosionante, la historia realmente es impactante y tambien muy intensa :) Te quiero mucho:D
    P/D:ESCRIBELOS POR FAVOR!!!!!!! (como Priscila) NO LO DEJES EN SUSPENSO.

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  3. sube alguno pronto por favor tu novela de Jelsa me encantaaa!!!!

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  4. Porfa sube el siguiente capítulo quiero saber que pasho y que se aclaren las cosas y se reconcilien y se casen

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  5. Aaaaaa mato a jack a caso si eso le paso me muero porfa no me digas que mato a jack plissss :'(

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